Cronenberg estrena una oscura, descarnada y pasada de vueltas mirada del Hollywood actual; un relato coral de personajes vacíos, egocéntricos y perdidos en su ambición y ego.

Una cinta en la que Cronenberg mantiene su frío y clínico análisis a sus personajes, quizás no en su análisis psicológico pero si ante las excesivas acciones de sus personajes. Una comedia negra que aunque contiene puntos de verdad juega con estereotipos que tenemos del Hollywood actual y algunos ejemplos de celebridades que seguramente han servido de inspiración en algunos personajes, la estrella infantil metida en drogas o la actriz madura que sigue buscando el papel de su vida ante lo que sea.

Una película más cercana al tono formal de Cosmopolis, fría y también excesiva aunque sin la verborrea de ésta. Un reparto que cumple con el cometido en el que cabe destacar por encima de todos a Julianne Moore con el personaje más intenso y pasado de rosca del filme además de un sorprendente John Cusack, personaje de unión de todas las tramas.

Cronenberg igual que en Cosmopolis nos deja una película irregular aunque mucho más interesante ante su mirada descarnada y visceral de la fama además del enorme y entregado trabajo de Julianne Moore.