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Argentina Argentina · Moreno
Voto de Dr_Lemon:
7
Drama Belfast, años 70. Gerry (Day-Lewis) es un gamberro que no hace nada de provecho, para disgusto de su padre Giuseppe (Postlethwaite), un hombre tranquilo y educado. Cuando Gerry se enfrenta al IRA, su padre lo manda a Inglaterra. Una vez allí, por caprichos del azar, es acusado de participar en un atentado terrorista y condenado a cadena perpetua con "los cuatro de Guildford". También su padre es arrestado y encarcelado. En prisión Gerry ... [+]
28 de septiembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por los años 70, cuando el flower power estaba dejando atrás los últimos resquicios de poder que otrora había conseguido sobre las generaciones jóvenes, en Gran Bretaña se desencadenaba una cruenta guerra que lejos, muy lejos se encontraba de los conflictos al sudeste asiático.
Era una guerra sobre la identidad, una guerra sobre el sentimiento nacionalista o la idea, el objetivo de un grupo de irlandeses armados, de sobreponerse al colonialismo inglés y partir de cero alejados del llamado "Reino Unido".
Ese es nuestro punto de partida en este drama dirigido por Jim Sheridan y estelarizado por (de pie por favor) Daniel Day Lewis, uno de los mejores actores británicos surgidos en la última generación que viene a justificar cada una de sus credenciales con una interpretación llena de fuerza y talento, sin lugar a dudas el ancho de espadas de la cinta.
La película se mueve entre planos dibujados debajo del neblinoso cielo británico: comenzamos en Belfast, viendo tanques de guerra y francotiradores apostados en la terraza como algo rutinario; seguimos en Londres, donde Conlon y su amigo tratan sin éxito de dárselas de okupas, terminando en una plaza que acabaría volviéndoseles una ubicación crucial.
Al momento de entrar a la cárcel es cuando Day Lewis comienza a pegar con más fuerza dentro del rol; nosotros vemos su desesperación, su furia, su tibio asomo a la resignación, a bajar los brazos. Vemos la aparición de Emma Thompson entre los barrotes como el hálito de oxígeno que necesitaba un ambiente por demás caldeado.
El drama se maneja en buena intensidad, aunque también hace aguas cuando se habla de la tensión que requieren los minutos decisivos (ya que si bien dejan expectante al espectador no terminan de atraparlo) y por momentos parece mantenerse únicamente por los excelentes desempeños de los actores seleccionados (Mención también para Postlethwaite, pintando un sorprendente desenvolvimiento en la piel de Giussepe). Se nota en esos casos los emparches que Sheridan le deja a su obra, que pese a sus defectos se las arregla para avanzar con cierta firmeza hasta el final. Gerry Conlon fue víctima del peor error de la justicia británica en su historia: nosotros somos invitados a conocer la historia de Conlon con esta singular y trágica obra.
Dr_Lemon
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