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Voto de Manospondylus:
5
7.4
8,860
Serie de TV. Animación. Ciencia ficción. Thriller Serie de TV (2004). 13 episodios y 1 OVA. Los diclonius (humanos con dos pequeños cuernos) son unos mutantes creados por el hombre con un don que se le podría denominar como un sexto sentido. Estos seres tienen el poder necesario como para eliminar toda la humanidad. La humanidad está preocupada, y comienza a estudiarlos para buscar un remedio. Lucy, uno de los diclonius, se escapa de su cámara de contención, matando a todo aquél que se ... [+]
10 de mayo de 2018
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, he repetido el título de mi reseña de Dragon Ball Z, pero en alemán gratuito, como los títulos de los capítulos de esta serie. Pero que me parezca sobrevalorada no quiere decir que sea mala. Si hay una palabra que define a Elfen Lied, esta es "irregular", porque aunque la sensación que deja es (moderadamente) positiva, tiene momentos ridículos que dan más vergüenza que otra cosa.

La idea de la que parte Elfen Lied es la aparición de una nueva especie humana, los diclonius, que se caracterizan por tener un par de cuernos en sus cabezas (Okamoto pensaría que "diclonius" significa "dos cuernos") y unos poderes que se manifiestan en la forma de varias extremidades invisibles llamadas vectores (plasmadas en el anime en un conspicuo CGI). Naturalmente, esta nueva especie es una amenaza para la humanidad.

El concepto no es malo. Al contrario, es bastante interesante y, aunque no es lo más original del mundo (el surgimiento de una nueva especie humana que trata de imponerse), tampoco es una idea que esté muy explotada en el anime. Pero la ejecución de la misma está muy lejos de ser perfecta, desequilibrada por un exceso de fanservice y abundantes personajes vacíos.

La historia arranca con la fuga de Lucy (el nombre es una referencia al famoso ejemplar de Australopithecus afarensis) mientras masacra a sus carceleros. La imagen de Lucy avanzando completamente desnuda, salvo por un casco que oculta su rostro, es impactante y brutal. Sin embargo, después de esa espectacular escena, la historia empieza a ir cuesta abajo: Kōta y Yuka (el protagonista y su prima e interés romántico, porque a algunos japoneses les entusiasma el incesto) la encuentran en la playa, desnuda, desorientada y sangrando, e inexplicablemente no piden una ambulancia ni avisan a la policía (más adelante Kōta desconfía de la policía, pero ahí todavía no). Y no será la última vez que un personaje actúe de forma estúpida.

A partir de ese punto, nos esperan unos capítulos que se acercan peligrosamente al harem: Kōta acaba en una especie de pensión acompañado por Lucy, Yuka y algunas chicas más que se irán incorporando a lo largo de la serie. Las personalidades de los personajes son también bastante pobres, con un sujeto insípido y falto de carisma, Kōta, rodeado de chicas ingenuas, complacientes y sumisas, que desempañan roles anacrónicos. Por supuesto, no faltan las típicas escenas sexuales forzadísimas (tipo "chicho toca accidentalmente los pechos a chica").

Inicialmente, el comportamiento de Lucy recuerda demasiado al de Chii en Chobits (serie que comenzó a publicarse un año antes); y muchas de las interacciones iniciales entre Kōta y Lucy son un calco de las de Hideki y Chii. Además, ambas son encontradas por los protagonistas de cada serie y llevadas a sus respectivas casas, donde reciben como nombre el único sonido reconocible que articulan, en el caso de Lucy, "Nyu". Incluso el diseño de las diclonius, con esos cuernos, se asemeja al de las Persocons. Sin embargo, más que plagio diría que ambas responden al mismo arquetipo sexista, y las similitudes estéticas se deben a que se ajustan al estereotipo catgirl o nekomimi ("orejas de gato").

Como ya he mencionado, algo que lastra notablemente el desarrollo de la historia es el fanservice. No estoy criticando los desnudos; no cuando están bien empleados, como, por ejemplo, la huida de Lucy en el primer episodio (esa desnudez le aporta inocencia y fragilidad, contrastando con sus acciones, mientras que la cabeza cubierta añade un elemento inquietante y misterioso). Muchos otros, en cambio, resultan tan forzados como innecesarios. Hay escenas de baño y desnudos injustificados continuamente (incluyendo niñas), aún cuando existen otros elementos en la trama que requieren más detenimiento.

Afortunadamente, en el capítulo 5 empieza a remontar y, con altibajos, Elfen Lied mantiene un buen nivel hasta los últimos episodios, dosificando la información de forma acertada (aunque es escasa en explicaciones sobre los diclonius), y con un uso notable del suspense y del drama. Desafortunadamente, no son infrecuentes las acciones absurdas y las huidas imposibles, propiciadas por el hecho de que todo aquel que empuña una pistola tiene peor puntería que los Stormtroopers de Star Wars (algunos de estos momentos rozan el mayor de los ridículos, como los 14 sujetos del episodio 12, que deben haberse dejado las lentillas en casa); compensadas, o al menos disimuladas, por todo el gore (el gran elemento distintivo de Elfen Lied), las muertes violentas y algún momento conmovedor.

Otro de los puntos flojos es el pobre desarrollo de personajes y lo estereotipado de sus personalidades. Lo más lamentable es la imagen que se da de las mujeres en general: todos los personajes femeninos son dependientes, mansos y serviciales, y siempre están necesitados de reconocimiento o aprobación por parte de un hombre (un superior, figura paterna o interés romántico). Las diclonius tienen, además, un lado sádico que se justifica tanto por su propia naturaleza (entendiendo la compasión como una desventaja evolutiva) como por el trato que reciben de los humanos (son discriminadas, vejadas, maltratadas, encerradas y utilizadas por lo que son), pero siempre acaban desarrollando una personalidad igual o aún más sumisa hacia alguien.

También es verdad que, salvo Kōta, todos los hombres son seres fríos con motivaciones dudosas, capullos escandalosos con mala puntería o violadores en potencia (debido a que desempeñan distintos roles antagónicos). A destacar (en el peor de los sentidos) a Bando, un personaje completamente imbécil, salido de ninguna parte, que no interesa a nadie ni pinta nada en toda la serie, y al que vamos a tener que aguantar hasta el final. Especialmente risible es su encuentro con la diclonius Nana, culminando en un desenlace inverosímil y bobo, con un gag fallido completamente fuera de lugar, y al que sólo le falta que las madres de ambos se llamen igual.

(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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