Me decidí a ver la serie impulsado por las buenas críticas que leía sobre ella. Lo primero que me sorprendió gratamente fue comprobar que la serie era británica (antes de verla creía que era americana) con lo cual esperaba una buena dosis de realismo y unas situaciones cómicas originales y creativas... Me equivoqué y recordé que aunque los británicos suelen tener muy buena mano para elaborar series con personajes bastante próximos a la realidad y crear historias atractivas, inteligentes y originales (véase otra serie británica como "Chewin Gum") también son los creadores de Benny Hill. Y eso es lo que es esta serie, el Benny Hill del siglo XXI.
La serie se basa en introducir temas sexuales sin orden ni concierto en plan "mira que desinhibidos e irreverentes somos y como tratamos los temas sexuales sin ningún tipo de prejuicio o tabú".
Los personajes son totalmente estereotipados y caricaturizados y los temas sexuales que tratan no tienen ningún sentido y sólo pretenden resultar graciosos por lo que son y no por cómo lo cuentan.
Supongo que llenar la pantalla de dildos de todos los tamaños y colores debe ser el no vas de la comicidad, así como mostrar imágenes de una señora masturbando una berenjena. Evidentemente toda serie desinhibida que se precie deberá tratar el tema penes antes o después (esta serie lo hace en el primer episodio para dejar clara su vocación de irreverencia y atrevimiento).
El primer "problema" que se plantea es el de un joven que no consigue culminar sus relaciones sexuales por tener un miembro descomunal y sentirse cohibido pues todos hablan de su miembro (entendería que el "problema" fuera tener la polla pequeña pero claro si se decantan por esta opción no podrían mostrar una erección de caballo que visto lo visto, debe ser algo desternillante). Al final el "problema" se soluciona de una forma totalmente absurda y poco imaginativa puesto que el único objetivo es el de mostrar un pene y erecciones varias.