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Argentina Argentina · La Plata
Voto de Silvio Astier:
6
Drama Un cuento moderno sobre la obsesión por la popularidad. Stafford Weiss es terapeuta y escribe libros de autoayuda. Tiene una mujer sobreprotectora, un hijo antigua estrella de la TV en rehabilitación y una hija que acaba de salir del psiquiátrico. La principal cliente de Stafford es una famosa actriz, a punto de interpretar el papel que hizo su madre en los años 60. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2017
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Parto de que el director es para mí uno de los más grandes de la cinematografía, nos ha dado varias obras maestras en cada una de las décadas de su dilatada carrera, salvo quizas en la última, sin caer en la tentación de repetirse o actuar de forma demagógica para el gran público se movió con destreza en varios géneros, sin embargo su última película, aunque está por encima de las anteriores dos, me ha dejado con gusto a poco.
La premisa es atractiva y va muy bien con el estilo del director, uno espera que se mueva como pez en el agua con un drama que muestra la miserias de la industria del cine, ya que la tecnología, el descenso a los infiernos de personajes ególatras y superficiales y los traumas psicológicos, al ser temas frecuentados con gran maestria por el autor anteriormente, generan espectativas muy altas no solo entre sus incondicionales.
Sin embargo la película se queda en lo correcto, una factura técnica muy lograda y un guión que entretiene por lo perturbador y politicamente incorrecto, pero muy lejos de sus grandes obras, a veces da hasta la incómoda sensación de autoparodia (petética la escena del personaje incendiado, parece mentira que venga de la misma mano del maestro que hico cosas como Videodrome, Naked Lunch y The Fly).
Se la asocia correctamente con Mulholland drive, pero está lejos de la frescura y genialidad de Lynch en ese trabajo, resulta casi cruel la comparación. Aquí hay un drama familiar no resuelto, que se cree sepultado pero resurge tras varios años, incesto, deformaciones, esquizofrenia, drugs abuse, inquietudes anales, megalomanía, dinero, fama e hipocrecía son el predecible pero efectivo cóctel que anima el drama hasta el final.
Eso y poco más, pudo haber sido una película muy buena si los actores estuvieran muy por encima de la media cada uno en su papel, pero la única que se sale de la pantalla con su personaje es Julianne Moore, que muestra que juega en otra liga y opaca con su prescencia a los protagonistas, unos correctos Bird y Wasikowska, secunadados por un Pattinson menos malo que lo habitual y un Jhon Cusack lamentable.
Un final poderoso la hubiera situado más allá de lo interesante pero no es el caso, de hecho aunque sus ingredientes son fuertes carece de la intensidad necesaria, parece hasta hecho a las apuradas. Queda redondeado un film muy al estilo del director pero no tan jugoso, disfrutable pero solo para pasar el rato, esperemos que el gran David nos regale una obra maestra antes de terminar esta década, esta no pudo serlo.
Silvio Astier
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