Una muy buena adaptación de la obra de Gaskell, sobre esa Primera revolución industrial y los enormes efectos en ella, aún localizados en las ciudades del norte, tanto en la formación de la clase obrera, sus condiciones, sus luchas, muy bien retratadas en la serie, como en la oposición entre la aristocracia con su forma de entender la vida y la riqueza y estos nuevos burgueses empresarios. Esta oposición con todos sus prejuicios, es la que menos jugo saca la miniserie del libro.
Destaca por encima de todo una maravillosa ambientación: las escenas de la fábrica de algodón son fabulosas, el contraste entre el gris plomizo de Milton y el campo, ese sur bucólico, es otro gran punto. La fotografía potencia el significado y la fuerza de todo lo que en el film acontece.
El otro gran puntal, sin lugar a dudas es el protagonista masculino, con un Richard Armitage en un papel absolutamente atrayente. Brendan Coyle como el obrero protagonista es otro de los grandes aciertos, lo mismo que Sinead Cusack, que papel el suyo, que forma de decir todo en la contención. La miniseria consigue dibujar una muy buena historia de amor, pese a todo, pese a la poca fuerza de ella, donde él es el todo.
Una miniseria a ver y disfrutar