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España España · bilbao
Voto de Clarice:
2
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2011
37 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una película del año 2.002 creo, de Roberto Faenza, que trata este tema con bastante más rigor histórico y, además, con mayor interés y mejor ritmo argumental. Se trata de "Prendimi l'anima", título que juega además con el concepto jungiano de Anima, cuya inspiración también se atribuye a Sabina Spielrein, lo mismo que el de pulsión de muerte que se atribuyó Freud, cuestión que "Un método peligroso" sugiere pero deja en el aire como la cosa más normal del mundo.
La película empieza ya mintiendo cuando, a la marcha de Jung al servicio militar, le presentan avisándole a su paciente de este hecho, cuando la realidad parece ser que la paciente se encontró abandonada repentinamente por el terapeuta que había prometido curarla y con el que estaba en tratamiento.
Se presenta a Sabina Spielrein como la culpable de su relación con Jung, disculpando a éste por un lado por lo casquivana que presentan a su paciente (qué horror de sobreinterpretación de la actriz Knightley que más parece representar un trastorno de LaTourette que un brote psicótico) y por otro por la intervención del pobre Otto Gross que parece "empujarle" como un diablillo a la relación con ella cuando Jung se resistía por todos los medios... El planteamiento de Cronenberg, pues, es que la culpa de que el terapeuta se salte todas las normas de la ética profesional la tienen sus dos pacientes otorgándoles a éstos el poder, y por tanto la culpa, que por lógica más tenían que corresponder al profesional al cargo de ellos ....

En cuanto a la forma, me resulta una película aburrida, deslavazada, que va poniendo una escena detrás de otra, un personaje después de otro, sin unir ni relacionar nada. Parece que lo único que de verdad le interesa mostrar es el morbo de las escenas sadomasoquistas ya sean explícitas o contadas. Y desacreditar de nuevo a Sabina Spielrein.

Mi consejo para quién le interese este episodio histórico del Psicoanálisis y la figura de Sabina (analista, entre otros, de Piaget) es que vea si puede la película de Faenza, basada con mucha mayor seriedad en todo el material que se descubrió en los ochenta por Carotenuto y Trombetta que incluía el diario de Sabina y la correspondencia mantenida con Freud, y a partir del cual empezó a conocerse la persona y la gran aportación científica de esta mujer que hasta entonces había permanecido en la oscuridad. Imperdonable desde luego, pero si el precio del reconocimiento fuera a costa de la imágen que de ella da Cronenberg, creo que ella misma hubiera preferido seguir en la oscuridad. Esta película es volver a oscurecerla, a maltratarla, a arrebatarle toda su dignidad y su brillantez por segunda vez.
Clarice
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