Todo transcurre rápido en el cine actual, al menos en el de aventuras, desde la propia acción, a las motivaciones de los personajes, no hay tiempo que perder, es el tema de la inmediatez que domina el mundo contemporáneo. Por eso, que se estrene una película de este tipo con una propuesta tan clásica, que apueste por el fuego lento en vez del microondas, es de agradecer.

James Gray es un director que me gusta y del que me quedan cosas por ver, me gustó mucho La Noche es Nuestra, pero se me quedo corto en La Inmigrante, lo que esta claro es que deja ver un gusto por el clasicismo y una perspectiva elegante para la puesta en escena. Estas tendencias se dejan ver y magnifican en Z: La Ciudad Perdida, dónde lo que más destaca es la exquisita puesta en escena y un diseño de producción formidable. Gray rueda de forma magistral, cada plano se hace su hueco en pantalla, tiene relevancia y esto junto con una fotografía realmente preciosa hacen que la experiencia de introducirse en la película sea ya de por sí rentable, apartando todo lo demás.

Está elegante forma de encarar la película se traduce en la generación de una atmosfera absorbente e hipnótica, que simula a la propia selva. Crea esa sensación de espesura y fascinación al mismo tiempo, la misma que podemos ver en su protagonista. Me gusta mucho cómo trata las motivaciones de Percy Fawcett (Charlie Hunnam), cómo ese afán de descubrimiento, natural en el ser humano, hace que la selva se vuelva su máxima ambición y obsesión. El guión en el que se apoya la trama es también majestuoso, señorial, el lenguaje utilizado grandilocuente, es una delicia y deja ciertas citas que contienen calado y relevancia, sobre todo al final de la cinta.

Sin embargo, es quizás por el guión donde empiezo a afrontar el único, pero grave problema de la película, la gestión del paso del tiempo. Puede que se deba a recortes exigidos por el mercado, pero lo cierto es que me da la sensación de que falta metraje, está es una película a la que 3 horas no solo no le harían daño, si no que ayudarían a mejorar el conjunto. Las expediciones, en la que trascurren meses o incluso años, dejan la sensación de una excursión de una semana, me falta profundidad, me falta deterioro. Cuándo estas allí sientes lo mismo que los personajes, eso está transmitido de forma genial, pero de repente se acaba.

Se retrata algo mejor en las partes en Inglaterra, pero bueno, tengo que decir que el trabajo de maquillaje y demás podía haber sido mejor. Hunnam tiene el mismo pelazo y cuerpo a los 30 que a los 55. No es esto especialmente relevante, pero me saca un poco de la película.

Hablando de Charlie Hunnam y el reparto, valoro que cumplen de forma convincente, quizás él este a su mejor nivel posible, sin duda es su mejor papel, a lo que ayuda tener detrás de las cámaras una gran labor de Gray. Bien Tom Holland y Robert Pattinson, pero quiero destacar a Sienna Miller, convincente y poderosa cada vez que aparece en pantalla, haciendo notar que quizás es la que tiene más talento.

Por último, quiero destacar el final, una culminación perfecta para la propuesta de la película, elegante, emocionante, sutil y respetuoso y honorable con los personajes. Consigue que la sensación de la aventura perviva tras salir del cine, no se puede pedir más, creo que es difícil encontrar una resolución mejor.

En definitiva, si os despegáis del precocinado actual, entráis en la propuesta clásica y estáis dispuestos a introduciros en la selva de la Ciudad Perdida disfrutareis de una gran película.

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