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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
8
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
30 de septiembre de 2011
689 de 819 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si serán sus perfectos encuadres, sus planos aéreos de esa ciudad que resplandece en la penumbra de la noche, su hipnótica banda sonora, las explosiones de violencia arrancadas desde la pausa y la sensibilidad o sus encadenados que unen la obra como si fuera carburante a punto de quemarse en pantalla… pero Nicolas Winding Refn ha construido un vehículo cuya única calificación debe ser de cinta de culto a través de esa carretera llamada tiempo.

Debajo de la rueda y apasionando el asfalto yacen sus referencias. De “Vivir y morir en Los Angeles” a “Driver”, de “Impacto” a “Bullitt”… del cine negro a su perfecta estética de estilo que derrapa entre la Serie B y el cine indie. El propio director mira el retrovisor y habla de un homenaje a Alejandro Jodorowsky e inspiración en “Scorpio Rising” de Kenneth Anger. Es cierto, “Drive” habla sobre un escorpión, que por naturaleza es solitario, en el cuerpo de un personaje sin nombre que podría haber parido el cine de Leone. Pero también nos habla de mortíferos aguijones frente a balas y armas de fuego, nos quema con manos peligrosas y dinero sucio, nos conduce a la naturaleza de las cosas, de esperar el momento, de cómo construir la secuencia desde la hipnosis para cazarnos, para pisar el acelerador, dar un volantazo y asestarnos un golpe letal como espectador y presa.
Nicolas Winding Refn se sitúa en terrenos explorados por pocos, en el camino que atraviesa inalcanzables carreteras secundarias, pasto del desierto y territorio vedado y prohibido, como las de Lynch y Tarantino.

No hay lugar equivocado para el escorpión sino para el que se enfrenta a su aguijón aunque tiene una debilidad compartida con la mayoría de las bestias… la necesidad del amor. Y en “Drive” el amor se equipara a esa sensación del espectador de encontrarse en una carretera cubierta de niebla junto a un profundo acantilado. No pares. Pisa el acelerador y déjate llevar.
Maldito Bastardo
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