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España España · Ferrol
Voto de Sahar:
8
Drama. Romance Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
19 de marzo de 2009
126 de 153 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almodóvar alterna astutamente películas arriesgadas ("La ley del deseo", "Kika", "Hable con ella" o "La mala educación"), con otras más seguras ("Mujeres al borde un ataque de nervios", "Carne trémula", "Todo sobre mi madre" o "Volver").
"Los abrazos rotos" pertenece al primer grupo, por lo que me atrevo a augurarle menos éxito que la anterior, y presiento también que la próxima será de las lineales y masticaditas (no digo que mejores o peores).

Personalmente me ha gustado mucho. Creo que aquí las acrobacias estructurales le salen mejor que en la entrecortada "Hable con ella", o la farragosa "La mala educación"; ya que aquí en ningún momento notas que la narración se quiebre por los saltos en el tiempo o el cambio de géneros, sino que avanza siempre de forma fluida, rítmica y armoniosa.

Además tiene escenas de imperecedera antología: una entre Lola Dueñas, José Luis Gómez y Penélope Cruz ya justifica el precio de la entrada (el Almodóvar tragicómicamente ingenioso en estado puro).
Otra entre Cruz y Carmen Machi, correspondiente a una película (cómica) que se rueda dentro de la película (trágica) nos hace añorar al Almodóvar más marujón y vivaracho.

Se trata de una película muy cinéfila, y contiene múltiples homenajes (incluso auto-homenajes: la película que dirige Lluís Homar recuerda a "Mujeres al borde…"), de los cuales me gustaría destacar dos especiales para mí:
- "Severine", el seudónimo que emplea Penélope Cruz para hacer sus pinitos como dama de compañía, era el nombre de aquella Catherine Deneuve que se prostituía en "Belle de jour".
- El invidente Lluís Homar le pide a Tamar Novas que le ponga "Ascensor para el cadalso" porque le apetece oír la voz de Jeanne Moreau (sin duda es una de las cosas que pediría si me quedara ciego).

Además de esas referencias, la película destila auténtica reverencia por la creación cinematográfica. El cine aparece no sólo como simple ocupación, sino como medio de curación: al principio Rubén Ochandiano quiere hacer una película como medio de exorcizar la mala relación con su padre, y Homar encontrará en la realización de un film el medio para cerrar las heridas del pasado, sin que importe el éxito, sino sólo el proceso creador/sanador.
Pocas veces he visto una declaración de amor al cine tan sentida, y eso puede jugar a su favor de cara a los Óscar.

En su contra tiene que los personajes quizá generan poca empatía. Almodóvar quiere ser solemne e introspectivo cuando lo suyo es más la ligereza y el desparpajo.
En esta línea, sorprende que en una película suya los actores (en especial las actrices) trabajen "hacia adentro" y no "hacia afuera". Eso puede hacer parecer que están peor que otras veces, pero no, simplemente es otro estilo, más contenido, más "a la francesa".

Rodrigo Prieto (director de fotografía de Iñárritu), crea imágenes de gran "belleza perra", tirando hacia la oscuridad pero sin apagar los vivos colores típicos de Almodóvar. Buena simbiosis.
Sahar
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