Disparatada, extravagante película, basada en hechos reales -recuerdalo durante su proyección pues, por momentos, te parecerá increíble lo que ven y oyen tus sentidos- que evoluciona de forma excelente, progresa de menos a más, para llegar a cuotas de irrealidad y surrealismo que roza la locura, la paranoia más absoluta; diálogos desproporcionados, la ignorancia y estupidez como marco principal, un exceso de caos y confusión, un sin sentido de guión que adquiere proporciones preocupantes y alarmantes. Como comedia, no esperes risa continua, incesantes carcajadas sin fin; pero, la diversión y el entretenimiento están garantizados con momentos realmente buenos que, poco a poco, van subiendo en su calamidad hasta llegar al desmadre total, idiotez extrema sin límites. Personajes propios de la invención de los hermanos Cohen pero, en este caso, firmada por Michael Bay quien realiza un buen trabajo, o al menos ofrece un producto, una historia surrealista que, en principio, aturde y asombra -la historia de tres patriotas americanos que buscan realizar el sueño americano a cualquier precio-. Vas a pasar un buen rato, te vas a divertir y sorprender por lo ofrecido y la incredulidad se apoderará de ti al pensar que todo lo visto es real, que inexplicablemente han sucedido dichos hechos y que esos personajes son verídicos y auténticos, unos verdaderos amantes del "I believe in fitness" -versión original- que define enteramente toda la película. Buena elección para pasar un buen rato sin más.

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