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Irlanda Irlanda · Innisfree
Voto de Ferdin:
8
Drama Manuel (Tristán Ulloa), Ana (Blanca Romero) y Julio (Guillermo Toledo), amigos desde la adolescencia, se reencuentran una noche de verano después de mucho tiempo, y juntos emprenden un viaje hacia el corazón de la noche, intentando evadirse de sus respectivas vidas a golpe de rayas, sexo y alcohol. Una huida a la adolescencia como única posibilidad para librarse de sus fantasmas. "After" es la última parada, el último bar abierto. El ... [+]
16 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por una vez estoy de acuerdo con el pedante crítico de "El Mundo" Luis Martínez y definiré como "reivindicable" esta "After" que en su momento, hace ya casi 10 años (escribo esto en 2018) fue un fracaso de taquilla. No se lo mereció, pues la película es, pese a sus excesos, bastante recomendable, y se podría definir como una especie de "Historias del Kronen" 15 años después, cuando sus protagonistas rozan los cuarenta años.

Y en principio tiene poco que ver con el entrañable film de Armendáriz del 95, pero conforme vas avanzando en ella vas cayendo en que sí: los personajes son los de la Generación X, nacidos en los 70, y están tan vacíos y son tan perdedores que no llenan el hueco ni con alcohol, ni con drogas, ni con sexo, ni con el trabajo. Aquí no hay lozanas escenas al ritmo de Australian Blonde ni Hamlet y el tono pese a la euforia es bastante más pesimista, hasta tal punto que es una de las películas más amargas y tristes que he visto, con lágrimas rabiosas después de masturbaciones, llantos entre copas y/o rayas y la sempiterna sensación de que la existencia es una mierda, cuando además ni tu trabajo ni tu vida te gusta.

Sí, vemos bastantes escenas de sexo sucio, desparrame, drogas y ambientes sórdidos, pero quien niegue que esos entornos son los habituales entre la gente, alguna bien situada económicamente incluso, es un iluso o un mentiroso. A destacar el aire nostálgico y triste, de "paraíso perdido", de toda la película, el hiperrealismo veraz de la misma, y sobre todo la actuación del trío protagonista, tanto del siempre contenido Tristán Ulloa, como de la casi siempre mediocre Blanca Romero, y Willy Toledo en el que seguramente fue su último gran papel antes de que el lamentable personaje activista lo devorase.

Para qué negarlo, uno se identifica en pequeños detalles como el vacío existencial, las gafas de sol para las tremendas resacas, o la afición al chateo, al cibersexo y a los encuentros esporádicos con gente que conoces por internet. Por último, la carencia de un final conclusivo ahonda en la idea de una vida sin salida. Durísima.
Ferdin
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