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Voto de Jark Prongo:
8
Terror El coche de dos chicas norteamericanas que viajan por Europa sufre una avería en medio de un bosque alemán. Buscando ayuda llegan a una casa aislada; al día siguiente, se despiertan en un tétrico sótano junto a un japonés. Poco después descubren que están en manos de un siniestro cirujano alemán especializado en separar a gemelos siameses, pero lo que piensa hacer con ellos supera todos los límites de lo imaginable. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2010
188 de 252 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Human Centipede es la película más importante de terror de los últimos 20 años. Perdonad que inicie la reseña columpiándome en el jardín de las hipérboles, pero desde el visionado de Pesadilla en Elm Street con 7 años NINGUNA película me había impresionado tanto, y que conste que la equiparación con la obra maestra de Craven es por varias características compartidas: satisfacción y superación de las expectativas creadas, renovación de un género anquilosado, pretensiones más allá del terror no chirriantes o fuera de lugar, definición de bases para un género y/o franquicia, creación de un icono del mal que deviene en arquetipo y (presumible en este caso) magnifica resistencia al desfase como consecuencia del paso de los años. Cabe predecir que Human Centipede se convertirá en una película de culto en poco tiempo, más ahora que ha sido lanzada en DVD, siempre y cuando las futuras secuelas no conviertan la saga en una parodia de sí misma o en meras explotaciones sacacuartos. Y es justo, joder, porque ni el altamente estimable nuevo cine de terror francés ha hilado tan fino a la hora de concretar el yuyu en 90 minutos. ¿Martyrs? Vamos, no me seáis flojeras.

Human Centipede comienza como una suerte de Eurotrip durante el primer quinto de película para derivar en un híbrido de peli de Mad Doctor con Body Count/Hide & Seek que acaba por convertir la mitad inicial en lo que sería la versión a cámara digital de Haneke rodando terror físico. Nada especial más allá del estilo aséptico de lo filmado y distante de la cámara, como ajena a lo que ve. Pero en esto que Dieter Laser (magníficamente acongojante durante toda la peli) llega, se mete un copazo de un trago mientras hace cucamonas de mimo fan de Mengele, pone unas transparencias con dibujos a los insensatos que tiene secuestrados y se lía gordísima, pese a que nosotros sabemos que lo que tramaba no eran unas simples macarradas sin importancia: sus secuestrados ven el horror, cual Kurtz, y el futil conato de fuga (muy Funny Games, con largos planos pétreos) de una de las felatrices desemboca en una identificación de Dieter con Dios (como Freddy en Pesadilla en Elm Street), pues delimita la ley (el escapar a su mesiánico plan) e impone el castigo (ser la pieza central del cienpiés humano). Y de aquí en adelante el acabose, pero evitando la perogrullada o lo obvio. Así, por ejemplo, se evita el gore y la profusión de casquería en una película que, en manos de cualquier otro, habría optado por esa senda, y se intercalan sketches humorísticos que no son resultado de la intención de Tom Six de relajar un poco la cosa, sino que son producto del carácter extremadamente peculiar del Mad Doctor y, por lo tanto, malsanos y creíbles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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