Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Ciudad de Buenos Aires
Voto de La Grieta Diáfana:
4
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2012
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cronenberg nos anticipa que va a hablar del método psicoanalítico y de lo peligroso que es ese método. Resulta difícil pensar esta película en términos formales, es decir, en términos exclusivamente de lenguaje cinematográfico. Si bien es una película y no un ensayo teórico, al abordar una disciplina tan cuestionada y puesta en el banquillo como el psicoanálisis, no podemos dejar de lado algunas cuestiones.

A principios del siglo XX el psicoanálisis surge como una disciplina novedosa y desconocida que investiga sobre las posibles causas de algunos síntomas a los que la medicina no puede responder. La histeria como objeto de estudio ocupaba el centro de la escena. Digámoslo así: había muchas, muchas, muchas histéricas y nadie podía decir de qué se trataba eso. Fue un tiempo de investigación y experimentación. Cronenberg recorta el momento donde se cruzan los discursos de cuatro personajes en la historia del psicoanálisis: Sigmund Freud, Carl Jung, Sabina Spielrein y Otto Gross.

Estos cuatro se juntan para hablar del método. Como si dijesen: no tenemos un saber adecuado para tratar los síntomas que se presentan en el consultorio, el saber de la medicina hace agujeros por todos lados, entonces tenemos que inventar algo.

Se presentan cuatro personajes que piensan de cuatro maneras distintas. Freud, Jung, Spielrein y Gross, representan en este film, un vector que se traza de la mente al cuerpo, del extremo de la represión, al extremo de las libertades. Un Freud respetuoso de las restricciones en la relación analista-paciente, investigando dentro de márgenes bien delimitados, precavido y pensante, un Freud que evalúa las posibles consecuencias de sus actos y se abstiene. Sobre todo, se abstiene. Luego, el joven Jung ávido por correr los límites y cruzar ciertas barreras. Mas cercano a los placeres del cuerpo, pero temeroso de conocerlos, que no se abstiene pero que se siente culpable. Luego, Spielrein encarnando el síntoma. Entramos ya en el terreno de la conjunción mente y cuerpo. Mas del lado del cuerpo tomado por la palabra. Un cuerpo que no sabe y actúa (o sobreactúa, en el caso de Keira Knightley y su mandíbula alocada). Finalmente, en el polo opuesto a toda represión, aparece Gross y su modo de concebir la sexualidad, la fidelidad y la vida. En función a como cada uno de ellos piensa la cuestión, toma un camino diferente. Cuatro personajes, cuatro caminos. Pero… ¿Qué o quién valida ese camino? Lo peligroso, decantaría para Cronenberg, en la no comunión de estos caminos en Uno.

(sigue en le spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
La Grieta Diáfana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow