El director Alexander Payne, nos ofrece una película muy en la línea de su anterior obra ("A propósito de Smitch"), si en la anterior el film trataba de un hombre maduro mientras que en el segundo caso se trata de Myles Raymond (Paul Giamatti), un profesor aspirante a escritor que se marcha junto con un un antiguo compañero de universidad, Jack (Thomas Harden Church) que está a punto de casarse a recorrer la ruta del vino por California.

Payne plantea el film como una especie de huida/respiro aunque cada uno por diferentes motivos. Myles para intentar relajarse ya que está esperando noticias sobre si le van a publicar un libro, y Jack ante su inminente boda. Sin embargo, como suele pasar, no se acaban cumpliendo las espectativas. El director muestra una especial sensibilidad a la hora de retratar a los dos protagonistas, proporcionándoles profundidad y retratando a la perfección sus motivaciones, sus miedos y sus frustraciones, en un estilo que, por comparar con alguien, podría estar cerca de Woody Allen.

Aunque transita por caminos diferentes. En especial, será el personaje de Myles (excelentemente interpretado por Paul Giamatti) el que más nos acerque su director, mostrando su frustración (en una paralela a la de Smitch), ya que durante el viaje verá cómo su ex-mujer (de la cual todavía está enamorado) se casa de nuevo, recibirá malas noticias acerca del libro, y verá como su amigo Jack no tendrá las mismas perspectivas que él acerca del viaje. Payne nos ofrece, de esta forma una nueva película de frustraciones, fracasos y momentos agridulces, todo ello mostrado muy inteligentemente, fundamentado en las excelentes interpretaciones y en una fenomenal puesta en escena y estupendo sentido del ritmo.