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Voto de Natxo Borràs:
7
Drama En el año 1970, por caprichos del destino, el joven médico escocés Dr. Nicholas Garrigan (James McAvoy) acaba ejerciendo su profesión en Uganda, un país del que no sabía nada, y allí se ve irreversiblemente unido a un temible personaje: Idi Amin (Forest Whitaker), el reciente nombrado presidente del país africano que comienza a gobernar de forma cruel y sanguinaria. Garrigan comienza a ser el médico personal de un dictador del que se ... [+]
6 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recreación, con bastantes dosis de ficción repercuten al protagonista personaje interpretado por James McAvoy pero que reincide directamente sobre la etapa de uno de los dictadores más sanguinarios que se han paseado sobre la faz del continente africano; brazo fuerte de un régimen de terror que acabó con la vida de más de 300 000 ugandeses durante sus ocho años en el poder, de 1971 a 1979 hasta que el gobierno del derrocado Milton Obote fue reinstaurado.

Si Martin Scorsese en “Uno de los Nuestros” (Goodfellas) hacia que su Henry Hill se filtrara en los círculos de confianza de las bandas mafiosas, Kevin McDonald recurre a los círculos de poder de un país africano como Uganda que tuvo un papel bastante decisivo en los últimos años con Idi Amin en el poder interviniendo en el secuestro de un avión israelí por parte de activistas palestinos. Pero lejos de esa faceta mediadora, McDonald se adentra en la jungla de de corrupción, salvajismo se emplea, como he mencionado antes, de un personaje de ficción, el recién licenciado en medicina Nicholas Garrigan (interpretado por el escocés James McAvoy (el fauno de “Las Crónicas de Narnia”) que, a dedo, decide residir en Uganda no esperando, ni mucho menos, acabar siendo miembro de una Corte encabezada por un hombre obsesionado por sus caprichos de tirano y despreocupado por un pueblo sumiso a su presencia.

Por lo tanto acabará convirtiéndose en su voz, oídos y testigo mudo de un hombre acosado por pesadillas proféticas que llegó incluso a rumorearse de su antropofagia y una crueldad sin límites. El film de MacDonald (La Legión del Águila) aprovechó el momento ventajoso en que se tenía de África como continente y que en otras cintas como “Diamante de Sangre” (Blood Diamond, 2006) de Edward Zwick iban descubriendo poco a poco al público la realidad que esconde éste enorme paraíso salpicado por el hambre y la corrupción.
Natxo Borràs
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