Después de la tibia acogida de “Jackie Brown”, un certero homenaje a la blackxpotation encabezado por Pam Grier, Tarantino tenía más géneros preferentes en mente y dispuestos a relucir nuevamente del viejo baúl de los recuerdos como antiguo empleado de videoclub. Llevaba ya tiempo poner en práctica la idea de recurrir al viejo de artes marciales con una estética pos-moderna pero sin olvidar los viejos hábitos en los usos de cámara, zooms, así como el empleo de la banda sonora (del spaghetti-western a la música discotequera).

El director de “Pulp Fiction” contó con Uma Thurman en el papel de la novia ensangretada, la Mamba Negra, miembro del Esquadrón Víbora Letal asesinos a sueldo encabezados por Bill (David Carradine) que viajan por todo el mundo ejecutando sus misiones, ganando importantes sumas de dinero, y que hacen uso de la pólvora y las katanas como recursos letales. Entre ellos están el hermano de Bill, Budd (Michael Madsen), la celosa Elle Driver (Daryl Hannah), Vernita Green (Vivica A. Fox) reconvertida en madre y ama de casa, y O´Ren (Lucy Liu) que ha creado una organización en Tokyo capaz de poner a la Yakuza bajo sus pies. Todo eso, después que la Novia haya reposado en coma después de que el grupo de Bill, bajo sus órdenes, ejectura las órdenes de asesinarla en su intento de casarse y llevar a cabo una nueva vida lejos de la muerte y la violencia. Pero la Novia despierta y la venganza se desata…

Tarantino, por razones de la extensa duración (también por exigencias de la productora) que obligaba el guión de su historia, dividió su film en dos partes que, curiosamente, son muy distintas la una de la otra. Éste volumen primero se caracteriza por su uso descontrolado de la sangre y la violencia (los duelos son de lo mejor, eso hay que reconocerlo) por encima de un argumento escueto; es una historia en que se trata la venganza y el deshonor, el resto es puro cine de acción. Pero Tarantino supo llevar bien su empresa, trabajando a partir de un material único, (desde decorados al empleo de la banda sonora acorde a las situaciones), y un montaje envidiable, ganándose nuevamente la confianza de admiradores que ya le daban por decaído tras el estreno de “Jackie Brown”.