Haz click aquí para copiar la URL
México México · Ciudad de México
Voto de Alberto Glez:
3
Comedia Varios amigos de toda la vida se reúnen para cenar. Cuando deciden compartir entre ellos el contenido de cada mensaje de texto, correo electrónico y llamada telefónica que reciben, muchos secretos comienzan a develarse y el equilibrio se rompe. Versión mexicana de la exitosa película italiana 'Perfetti sconosciuti' (2016), dirigida por Paolo Genovese. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
No niego que la película me entretuvo las casi 2 horas que dura, por eso la calificación; sin embargo es realmente mala, sobre todo la primera mitad.

La película nos plantea, como si de telenovela se tratara, la vida de tres parejas blancas, heterosexuales, privilegiadas (y el colado) a modo de juego, es decir, en una sola noche y por medio de un pequeño pacto para revisar las conversaciones del teléfono de los participantes nos vamos enterando de los mismos problemas que se nos vienen contando desde que veíamos las telenovelas con nuestras mamás porque no teníamos otra opción: infidelidades, violencia, secretos, machismos, toxicidad y demás cosas de las que ya estamos hartos (sobre todo de que pasen en la vida real). Para la segunda parte se empiezan a revelar secretos un poco más interesantes, pero igual de tóxicos, repetidos y sin nada original.

El director es Manolo Caro, entonces era de esperarse que hubiera algo homosexual en esta película y es, de hecho, la única trama medianamente destacable porque se aborda desde una perspectiva real, con un sentimiento por el cual las personas homosexuales sí pasamos, pero, a fin de cuentas, es sólo una historia dentro de muchas otras peores.

Los actores hacen bien su trabajo, desarrollan lo más que pueden unos personajes bastante planos. Vemos a Cecilia Suárez haciendo una vez más de Cecilia Suárez como en todas las producciones de Caro. No hay mucho más que decir.

La escenografía me pareció espantosa: el centro de atención es la mesa donde están puestos todos los teléfonos y al parecer creyeron que sería buena idea llenarla de cosas, floreros, copas, platos, botellas, más flores y más copas y los teléfonos quedaron en el olvido y el eclipse, que creo que era una metáfora interesante, pasó sin pena ni gloria, si no hubiera estado nos hubiera dado igual, cada que salían a verlo se sentía la escena muy forzada aunque al menos nos daban un respiro de aquél comedor tan horrible.

El final parece bueno, muy creativo, pero en realidad no lo es. En fin, una serie de elementos no muy bien pensados, una historia blanca y privilegiada aunque, entretenida (pero hasta para pasar el rato hay cosas mejores).
Alberto Glez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow