De Shane Meadows recuerdo con cierto interés una de sus primeras películas (tal vez la primera), Twentyfourseven. Después de ver This is England me han quedado ganas de revisar aquella e intentar ver las dos que hizo después, ya que el sabor de boca que deja This is England es francamente bueno.
Shaun es una chaval de doce años que no pasa por su mejor momento. Su padre murió en la guerra de la Malvinas, y él no termina de encontrar su hueco en su pequeño mundo. Hasta que entra en contacto con una banda de skinheads donde es aceptado como uno más. Todo esta a comienzos de los años 80, cuando el movimiento skin no había adquirido aun las connotaciones ultraderechistas y xenófobas de hoy en día.
Shane Meadows nos narra la película con una estética atractiva y poderosa, dando una visión a pie de calle, pero tal vez un tanto idealizada, de lo que aquella época supuso. La fuerza de Shaun, el protagonista, es uno de los pilares en los que se apoya la película.
Cuando un nuevo miembro regresa a la banda, tras su paso por la cárcel, la unidad del grupo se resquebraja generando el conflicto que obligará a Shaun a madurar antes de tiempo, y sobre todo le hará enfrentarse a la vida con una mirada más abierta.
Seguramente el mensaje que se desprende de la película sea demasiado simple y obvio, pero de eso te das cuenta después, porque mientras la estas viendo su notable puesta en escena, salpicada de una espléndida banda sonora, te atrapa y te mantiene atento durante la hora y media que dura.
Mención especial para el estupendo trabajo del chaval Thomas Turgoose, que hace de Shaun un personaje tan aparentemente duro como vulnerable.
Le he dado un siete, pero bien podía haber sido un ocho.