Desde su fascinante comienzo en que vemos mediante un contrazoom a un tipo contar su historia en Estados Unidos y como le ha defraudado, y de repente, entre penumbras vemos a Marlon Brando jugando con un gato (genial lo del gato, que fue improvisado), comienza a hablar y la pantalla se desborda en una hemorragia de placer, en sus primeros minutos nos es descrito con una síntesis escalofriante este universo criminal, la imagen te atrapa y te secuestra durante su metraje, es una historia épica con un ritmo perfecto, pausado pero ágil, te va calando poco apoco, roto este ritmo por ramalazos de violencia desatada, su cadencia te hipnotiza, sus diálogos interpretados magníficamente te enervan la piel, con frases inmortales, la evolución de su argumento es de un increscendo atronador, con unas escenas antológicas, hasta derivar en un final excelso, con un montaje (homérico se desarrolla uno de los tramos más Grandiosos de la Historia del Cine . Nos habla del cambio de los tiempos de cómo las drogas destrozó este mundo cuasi-medieval. La puesta en escena es simplemente una lección magistral, empezando por la fotografía en nostálgicos tonos ocres de Gordon Willis (las tres partes del Padrino y habitual de Woody Allen hasta mediados de los 80), transmitiendo con esos tonos apagados la melancólica del relato, es junto a la música otro protagonista más, y es que la música de Nino Rota (habitual de Federico Fellini) es en sí un hito, una cumbre, que además sirve para expresar emociones, la simbiosis con la historia es turbadora, cuando la escucho se me pone el vello como escarpias, antología del cine, de una belleza infinita. Y hablar del Padrino es hablar de un Dios de la interpretación, Marlon Brando desde su comienzo regala un repertorio memorable de cómo componer un personaje mítico, icónico, cuantos no han pretendido imitarle desde entonces, posee un dominio gestual insultante, una mirada fascinante, es un Gigante en un trabajo titánico. Al Pacino da vida al personaje que lleva el peso de la cinta, es el que evoluciona, es el más complejo, se encuentra atrapado por su destino, del que irremediablemente aunque lo anhela no puede escapar, está soberbio, se me agotan los adjetivos, y aún me quedan los Jame Caan, una fuerza desatada de la naturaleza, Robert Duvall de una contención y sobriedad excelente, John Cazale glorioso, Richard Castellano sobresaliente, Sterling Hayden, que con solo dos escenas deja huella, Al Lettieri poderoso, y Diane Keaton .., y Talia Shire .., y Abe Vigoda .., y John Marley .., todos en estado de gracia, ellos compraron un billete a la eternidad. TODOS DEBERIAN VER ESTA PELÍCULA, TENDRÍA QUE SER DE VISIÓN OBLIGATORIA EN EL COLEGIO, Y OJO TODO LO DICHO SE QUEDA PEQUEÑO CON LA SEGUNDA PARTE. Fuerza y honor!!!