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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Thriller. Intriga. Drama Dos brillantes jóvenes de clase alta cometen un asesinato sin motivo aparente; pero, aunque creen haber realizado un crimen perfecto, lo cierto es que han dejado pistas que los incriminan... (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2009
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
401/29(22/12/09) Notable thriller de los que te hace pensar con buenas armas. Richard Fleischer adapta el guion de Richard Murphy ("Pánico en las calles" o "Lanza Rota"), que a su vez adapta la novela "Compulsion" (1956) de Meyer Levin, inspirada en el caso de Leopold y Loeb, dos estudiantes adinerados de la Universidad de Chicago que secuestraron y asesinaron a Bobby Franks, de 14 años, en Chicago (Illinois), el 21 de mayo de 1924. Cometieron el asesinato -caracterizado en ese momento como "el crimen del siglo"– con la esperanza de demostrar un intelecto superior, creían les permitía y les daba derecho a llevar a cabo un " crimen perfecto " sin consecuencias.

Fleischer nos obsequia con uno de sus mejores trabajos, gran drama partido en dos partes bien diferenciadas. En la primera explora la mente de un par de sociópatas, Judd Steiner (expléndido Dean Stockwell) y Arthur Straus (estupendo Bradford Dillman), dos amigos pertenecientes a dos acomodadas familias que se creen por encima del Bien y de Mal, creen tener una mente superior al resto y para demostrarlo asesinaran a un chico, en esto recuerda bastante al film de Hitchcock “La soga”.

En el relato subyace una relación de homosexualidad entre ellos que parece ser lo que les hace odiar al mundo, donde hay un trato de dominación, de dependencia de uno hacia el otro, en lo que también evoca a la historia real novelada por Truman Capote “A sangre fría”, a su vez llevada al cine de forma magistral por Richard Brooks.

En su segunda parte el protagonista absoluto es el genial Orson Welles, un “Dios” del séptimo arte que compone a uno de los abogados más carismáticos de la historia del cine, Jonathan Wilk, un agnóstico que suelta esta descomunal frase <Toda una vida de dudas y preguntas no significa haber llegado a ninguna conclusión>, está en contra de la pena de muerte, Welles se apodera de la pantalla con su personalidad arrolladora, una colosal interpretación que tienen su glorioso zenit en el alegato final ante el jurado, un discurso magistral de los que emocionan y te mueven a la reflexión, no te dejan inmune.

Recomendable a los que gusten de muy buenos dramas judiciales de calado. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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