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España España · O Carballiño
Voto de odaesu:
10
Drama Una mujer, profesora de piano en un conservatorio, frecuenta cines porno y tiendas de sexo para escapar de la influencia de su dominante madre. Uno de sus alumnos se propone seducirla. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2008
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexo, violencia, corrupción, hipocresía… Esto y mucho más ofrece este retrato psicológico de una mujer madura amargada, dominada por una madre posesiva que impide su liberación y que con el paso de los años, le fue provocando una serie de problemas psicológicos que derivaron en unas pautas de comportamiento malsanas. Volcada en sus clases de piano, tras una carrera frustrada como pianista es devorada por la envidia y la perversión, y emprende un camino hacia la perdición entregada totalmente al fetichismo, al voueyerismo y a las relaciones personales artificiales.

Sin embargo todo cambia cando aparece un atractivo alumno, que pone patas arriba su mundo, y que se constituye como su última posibilidad de salvación, como un clavo ardiendo al cual debe agarrarse para no seguir cayendo en picado. Pero puede ser que sea demasiado tarde, y el monstruo interior que la domina, le impida alcanzar la felicidad.

Con la dureza habitual, y el clima catastrófico marca de la casa, Michael Haneke continua así con este filme, rodado en francés y por actores franceses, su profundo análisis sobre los entresijos más pérfidos, oscuros y ocultos de la burguesía europea, tomando el testigo del español Luís Buñuel, y demoliendo los principios básicos sobre los que se asientan las sociedades occidentales del S. XXI.

La Pianista es próxima por temática, tratamiento y estilo, ya no solo a otros filmes del propio Haneke, como Funny Games, o la posterior Caché, también galardonada en Cannes, sino también a los filmes de Lars Von Trier, especialmente Dogville y Manderlay, o algunos de los directores más irreverentes del panorama indie de Estados Unidos, como Greg Araki o Todd Solondz. Sin embargo, esta película es mucho más accesible al gran público, sin por ello sacrificar ningún gramo de denuncia o irreverencia.

Todo aquel que se atreva a entrar en el juego provocativo y brutal, planteado con maestría por Haneke, se encontrará con un film espléndido, atrevido, difícil, que se adentra en los rincones más oscuros del ser humano gracias a las geniales interpretaciones de Isabel Huppert y Benoît Magimel, y que en ningún momento deja indiferente. Sino más bien todo lo contrario, ya que cuando aparecen los títulos de crédito, el espectador se siente vacío, como si las imágenes le hubieran comido las entrañas y una masa negrísima ocupara el hueco que estas dejaron.
odaesu
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