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España España · Barcelona
Voto de picais:
8
Western. Aventuras Dos viejos amigos se asocian para escoltar un cargamento de oro desde las minas de Alta Sierra hasta un banco. Uno de ellos (Joel McCrea) es un hombre honrado que sólo se propone hacer bien su trabajo; el otro (Randolph Scott), en cambio, carece de escrúpulos y proyecta robar la valiosa mercancía. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A primera vista lo más interesante de esta cinta quizás parezca ese duelo casi crepuscular entre los dos veteranos protagonistas, dos leyendas del cine, especialmente del western. Ciertamente ese duelo entre melancólico y tenso echa chispas en algunos momentos, pero la película va mucho más allá, es también un duelo entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo equivocado, es a la vez un contraste entre la calma que da la experiencia y la impaciencia que proporciona la juventud. Es sobre todo un ejemplo sobre como la moral y la integridad del ser humano se imponen a las miserias y traiciones, es un canto a la amistad, entre aquellos parajes inhóspitos, entre aquellos hombres desalmados unos, fanáticos otros, y es también un canto al amor limpio, puro, como todo lo que brota cuando el corazón comienza a nacer y aún no está contaminado por su propia existencia.
Hay una escena, normal, sencilla, pero que a mi me encantó. El viejo vaquero lava sus agotados pies en el rio mientras los dos amigos hacen recuento de una vida al limite, una vida que no les ha aportado ningún bien material, viéndose obligados en su ocaso a sobrevivir realizando algunos trabajos que jamás hubieran imaginado. Es el final de unas vidas, de unos vaqueros ya extenuados y exprimidos, pero también es el final de una época, de un estilo de vida, de un tipo de hombres rudos y duros, que tenían la dignidad en la más alta estima, y en la que su palabra era su ley.
Es de lo primero que filmó Peckinpah y es de lo que más me agrada, antes de que se volviera tan violento, magníficos como no podría ser de otra forma, McCrea y Scott creando dos personajes perfectos, buenos, como no los secundarios y estupendo el resultado, a pesar de que el final es mejorable. (yo y los finales, parece casi una obsesión, pero creo que no importa demasiado como comienza algo, lo que siempre queda es como acaba).
picais
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