La verdad es que hace tiempo que no veía una película tan mala, y eso que si les das unas cuantas vueltas tiene hasta su parte filosófica; el cómo es posible que haya individuos que son completamente amorales. Se puede ser moral, y regirte por principios superiores a tus intereses; y se puede ser inmoral, y regirte por tus intereses aún a sabiendas de que actúas mal.

Por lo visto, los protagonistas de la película corresponden a tipos reales. Son seres amorales, no tienen conciencia de actuar mal; comprendo que alguien diga que eso no puede ser, que no hay nadie así, que ya saben lo que se hacen y que actúan conforme sus intereses. Y estaría por darles la razón, aunque sí la película tiene algún mérito es hacernos creer que esos seres amorales pueden existir, capaces de destruir la vida de una persona, torturarlo y quedarse con su casa, sin el más mínimo remordimiento.

Fuera de ese posible mérito, el film es de una grosería difícilmente soportable. Su visionado no cansa, gracias a algunas pizcas de humor, pero tampoco entretiene; dura demasiado para lo que ofrece. En fin, otra película fácilmente prescindible, y ya llevamos muchas este verano, ¡qué cruz!