A esta película no se la puede valorar como a otra secuela más de la trilogía, o si no estamos perdidos, yo la valoro como un fanfilm y por lo tanto se lleva este nueve bien merecido, porque es un duro trabajo el que estos fans de Tolkien han realizado y lo han hecho correctisimamente, los paisajes, escenarios, efectos visuales, banda sonora, maquillaje y por supuesto los personajes están muy bien reflejados y su similitud con los de la auténtica saga es asombroso, el actor principal (Adrian Webster) realiza el papel de Aragorn de una manera acertada, por supuesto, hay fallos, por ejemplo al guión le faltan algunas escenas de acción, pero no se puede tener todo. No hay que olvidar que en esta “película” solo se gastó 3.000 libras, así que, en mi opinión los creadores se merecen un gran aplauso, y por mi parte solo decir que si todos los directores, guionistas, actores (etc) pusieran tanta ilusión en sus películas como estos fans el cine sería verdaderamente un arte.