Película modélica dentro de su género, el spaghetti western, y sin duda, después de los primeros westerns de Leone, sentó las bases de lo que fue ese curioso fenómeno cinematográfico del western italo-español.
En ella se concentra toda la estética, parafernalia, muchos defectos y escasas virtudes de ese género que "fabricó" más de 600 películas en apenas diez años para mayor gloria de los beneficios rápidos a costa de espectadores poco exigentes. Desde las primeras imágenes con Franco Nero arrastrando su mítico ataúd por el barro mientras suena la magnifica canción compuesta por Bacalov, la película es un entretenido despropósito. El argumento, que no resiste el más mínimo análisis, como en la mayor parte de los spaghetti westerns es el de la venganza y la codicia, que suelen ser las motivaciones que guían las acciones de los héroes o anti héroes del género. Mencionar todos los defectos de la película sería largo, por lo que me voy a quedar recordando esa ametralladora con , por lo visto, munición infinita y la vergonzosamente gratuita pelea de las prostitutas en el barro. Sus virtudes son principalmente la música que tiene gran protagonismo y da mucha más fuerza a las imágenes, con la destacable banda sonora del mencionado Luis Enriquez Bacalov. Algunos movimientos de cámara y una estética en general bastante lograda. Y es que "Django", sin ser una buena película, tiene ese particular encanto que hace que caiga simpática y está entre las pocas salvables de ese merecido olvido en el que han caído la mayor parte de los spaghetti westerns.