Es complicado al menos evitar las adjetivaciones negativas sobre esta película si no se tiene menos de 13 años. Traducida en Chile como "La gran aventura Lego" (2014) la cinta es estrictamente para públicos muy básicos en una cinta claramente de corte infantil.

Aunque la versión original goza de voces de algunos famosos y de seguro chistes con un mejor contexto, el doblaje al castellano nos priva de esto, en lo que quizás era el único brillo de un film particularmente pobre pero que curiosamente ha obtenido buenas críticas en otras latitudes.

Es para quedar perplejo en cuanto a evaluaciones que hacen pensar en más que un buen lobby sobre la sucesión de cuadros, escenas, personajes que no encuentran la menor explicación para armar un film y que terminen siendo calificados casi de referente, en circunstancias en que sinceramente, la imaginación de cualquier niños es capaz de armar una historia mejor e ineterminable cada mañana.

Tal como sucedió con los entrañables Playmobil, Lego se niega a admitir que va de salida en el mercado de la entretención infantil sub 10 y esta película es la prueba de la diversificación de estrategias para la subsistencia, no obstante, alocarse por alocarse no tiene el efecto inmediato de ser encantador o un imán de negocios, pero serán los propios empresarios los que en sus finanzas evaluarán si la apuesta cumplió con sus expectativas o no. Al menos en lo fílmico, es una pérdida de tiempo para el 80% del público.

Abusando de los clichés y aunque se trata de contenidos familiares, su duración se hace eterna para quienes se aburren de gritos, figuritas de movilidad reducida y salvo el final donde levanta, nada que no se haya visto antes. La mejor publicidad es: hacemos un film pésimo para que nos demuestres que tu imaginación es mejor la nuestra.

Recomendación:
Mala. Un bodrio reproducible de mejor forma por cualquier niño en su propia casa.