Cuando un ignorante tiene ambición, lo único que le queda es la rapiña, ese es uno de los tantos mensajes que deja entrever la película.
Interesantísima historia de como las frustraciones, la necesidad de llegar más allá de lo que el lugar en el que le tocó nacer y criarse a un hombre, pueden llevarlo convertirse en una persona vil, capaz de atentar contra los que siempre lo han ayudado.
Los análisis morales que se pueden dar en historias cuando por algún hecho fortuito unos individuos llegan a tener dinero en sus manos, son desglosados con un certero examen que Taboada hace, de un profundo pesimismo, nos relata la historia de 2 campesinos indígenas analfabetos, de sus esposas, y de la forma en que los 4 reaccionan ante un hecho que los desborda.
Con excelentes diálogos, y una dirección acertada y simple, más para nada simplista, nos cuenta las ilusiones, los anhelos, las ambiciones, y al final la tragedia de estos 4 seres.
Película que no se la recuerda con la justicia que se merece, de hecho de su director son más populares otras mucho más comerciales, pero esta es lejos la mejor que me ha tocado ver de él.