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Vanuatu Vanuatu · Petrogrado
Voto de CuchiCuchi:
9
Drama Wladyslaw Szpilman, un brillante pianista polaco de origen judío, vive con su familia en el ghetto de Varsovia. Cuando, en 1939, los alemanes invaden Polonia, consigue evitar la deportación gracias a la ayuda de algunos amigos. Pero tendrá que vivir escondido y completamente aislado durante mucho tiempo, y para sobrevivir tendrá que afrontar constantes peligros. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2009
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ilustrísima Señoría:

Nada más lejos de mi intención inmiscuirme en la proverbial independencia judicial anglosajona. Esta no es una carta de recomendación; incluso en el supuesto de que Su Señoría no haya olvidado el idioma de sus padres, tras leerla llegará a la conclusión de que carezco de la menor autoridad para pedir nada. Lo que no impide que mi intención sea, le resultará familiar ya, hablarle de uno de sus justiciables, el Señor Roman Polanski, que actualmente reside en la cárcel del condado de Winterthur, Suiza, por mandamiento suyo.

Hace treinta años sedujo a una niña de trece años, que hoy vive feliz y sin traumas con su marido e hijos. Polanski es culpable, vaya por delante. Ni siquiera el que la niña estuviese en una fiesta de Jack Nicholson, que fuese extraordinariamente adelantada a su edad y que el sexo fuese consentido eximen del pecado al señor Polanski. Usted ya sabe eso. Y también que los delitos prescriben y, como católico, que los pecados se perdonan. Casi todos. Ya volveré sobre el asunto.

Sí, ya sé que no soy nadie para enseñarle leyes a todo un Juez de un Tribunal Superior ni ética a una persona llamada Espinoza. Sólo me gustaría trasladarle mi extrañeza por el trato dispensado al Señor Polanski por un delito, la pederastia, que en el país de Su Señoría suele zanjarse mediante onerosos acuerdos extrajudiciales. Pero, ya sabe, el Señor Polanski es cineasta y no arzobispo.

¿Adónde quiero ir a parar con tanta divagación? Verá, todo sería más fácil para mí si tuviese la certeza de que Su Señoría ha visto una película llamada “El pianista”, dirigida por el Señor Polanski. Aunque creo que no.

Si la hubiese visto, sabría, por ejemplo, qué pecados pueden perdonarse por el paso del tiempo y cuáles no. Sabría que uno de los más graves es olvidar quiénes somos, sobre todo si nuestros padres fueron perseguidos por no querer olvidarlo, mi querido Pedrito Espinosa.

Si la hubiese visto, sabría que el bien que el Señor Roman Polanski hizo a la Humanidad rodando “El pianista” es infinitamente mayor que el mal que cometió en una tórrida noche californiana. Sabría que nadie que fuese una mala persona habría hecho “El pianista”.

Para terminar, agradezco a Su Señoría la atención prestada. Y especialmente agradezco a Su Señoría que por fin me haya dado oportunidad de escribir sobre “El pianista”, algo que me había sido imposible desde que la vi por primera vez, porque me dejó literalmente sin palabras.

Suyo atentísimo,

Sr. Cuchicuchi
CuchiCuchi
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