No, no es el espíritu de Mark O'Brien el que está parapléjico, es solo su cuerpo, he aquí la ironía del argumento, por millones, personas acuden a sesiones terapéuticas para aclarar su mente, para ser escuchados, comprendidos, si realizamos un ejercicio de imaginación por un momento, podremos vislumbrar a estas almas que sí están discapacitadas, incapaces de realizar las actividades mas elementales por si mismas, sus manos pueden tocar, pero se necesita de un espíritu sano para poder acariciar, podrán llegar a un orgasmo, pero les costará llegar a la ternura.
Mente y espíritu de Mark están en perfectas condiciones, deviene pues el deseo, y la palabra como única herramienta de conquista.
Pensemos ahora el nivel de exigencia que tendrán los actores y el director, para contar una historia de amor y erotismos en estas circunstancias.
Lo logran, con profesional solvencia, prolijidad y soberbio talento.
De lo mejor producido en el 2012.