De canción en canción

Cuando uno se plantea como proyecto vital “voy a experimentar” probablemente no le ocurra gran cosa. Los acontecimientos de la vida no se producen a voluntad.
Los personajes de la película quedan atrapados en entelequias y divagan sobre el alma, empezar de cero, ser uno mismo, ser libres. A la par, tontean con relaciones, asisten a conciertos, viajan y remueven sus sentidos, generando ese comportamiento un existencialismo pijo.
El marco es el propio de la publicidad de alta calidad y esta cualidad es un valor de la fotografía y no una falta, como algunos señalan. Veamos qué pasa cuando conseguimos vivir dentro de un anuncio publicitario.
Uno de los personajes contrata los servicios sexuales más caros para terminar haciéndoles preguntas tipo Jesús Quintero.
Malick es de los pocos que quedan que consiguen hacer aquello que llamábamos cine de autor.
¿Cuál es su tema?
Sin un sentido de lo trascendente será difícil que nos ocurra algo interesante.
Y lo trascendente no se expresa con solemnidad sino con fragilidad: un soplo de aire, un cambio de luz, siempre el contacto con el agua, un viaje astral en mitad de un concierto rock.

Se entiende como futilidad la poca importancia de algo, un concepto no demasiado utilizado pero que encaja a la perfección con el tipo de películas que últimamente realiza Malick: “Song to Song” es una idea tan simple sobre el papel como complicada en la práctica que solo él puede hacer, puede que incluso entender.

Muy lejos quedan las notables “Malas tierras” o “La delgada línea roja”, películas entre las que había un enorme lapso de tiempo, quién sabe si necesario para asentar las ideas, y mucho más cerca las menores “To the wonder” o “El árbol de la vida”, mucho menos reposadas y entre las que apenas hay un solo año entre estrenos. Quizás no sea relevante, pero el Malick que se tomaba su tiempo era mucho más trascendente que el Malick actual.

Malick encuentra el concepto amor como algo muy complicado, y si el factor humano se mete por medio, algo aún mucho más ininteligible. No hay manera de encontrar la felicidad completa en su modo de entender el cine, solo hay ráfagas, y por eso la alegría le entristece y le acaba fallando. Esta manera tan gris de entender el sentimiento es lo que lleva al director a trazar estas historias, incompletas a su modo, historias con un tortuoso desarrollo y amenazadas constantemente por sus inseguridades y miedos.

La etérea belleza de las protagonistas Mara y Portman, incluso de las secundarias Blanchett y Marlohe, y el irremediable magnetismo de los Gosling y Fassbender rellenan de una manera hipnótica la película de principio a fin, unido a la estupenda fotografía de Lubezki, incondicional al director que firma un trabajo destacado, son los puntos fuertes de una película que une las piezas de un rompecabezas para encontrar un sentido mucho menos profundo de lo que seguramente Malick cree.

Terminando de ver “Song to Song” (2017) de Terrence Malick con Michael Fassbender, Ryan Gosling, Rooney Mara, Natalie Portman, Cate Blanchett, Bérénice Marlohe, Val Kilmer, Holly Hunter, Iggy Pop, Patti Smith, entre otros. Drama romántico que tiene como emplazamiento de la historia, El festival de Música Austin City Limits. La película mantiene el estilo Malick de los monólogos internos de los personajes, sus dudas y reflexiones existenciales, así como las decisiones que toman en el plano amoroso, haciendo de la propuesta, un viaje interior al difícil mundo del amor y la conducta humana. Malick mantiene su narrativa algo “difusa”, para nada lineal ni convencional, donde el orden cronológico es alterado, haciendo que el espectador se sienta algo confundido y maravillado por lo que ve, marca de la casa, así como mostrar sus ángulos de cámara imposibles y audaces a la hora de capturar las escenas, haciendo uso de la luz natural y el encuadre inusual, siempre persiguiendo a los personajes y adelantándose a ellos para mostrar sus meditaciones poéticas, gestos, emociones, reacciones, y todo lo que experimentan mientras están en pantalla. Como dato, muchos de los actores, como Christian Bale, Haley Bennett, Benicio del Toro, Arcade Fire, Iron & Wine, Fleet Foxes, Boyd Holbrook, Trevante Rhodes y Angela Bettis fueron suprimidos del corte final, que según el director, el primer corte era de 8 horas de duración, evidentemente el material rodado era ENORME; como dato, el filme se rodó en sólo 40 días, pero en un período de tiempo de casi 2 años; los días de rodaje eran tan largos, comenzando por la mañana, con sólo un descanso de 30 minutos para el almuerzo, por tanto, los actores eran filmados moviéndose de un lugar a otro, sólo en caso de que se convirtieran en material de archivo interesante que podría utilizarse en la película; algo muy Malick; así que se centró en el trio protagonista: Fassbender, Gosling y Mara, con intervenciones esporádicas de Portman y Blanchett, mientras el resto cumplen un papel bastante secundario o cameo. De los actores, los 5 anteriores cumplen muy bien sus papeles demostrando gran cantidad de registros dramáticos y hasta cómicos, y se llegó a decir que Ryan Gosling no utilizó guión durante el rodaje, donde vuelve a destacar su vena musical y dramática. A destacar que esta es la 5ª colaboración de Malick con el director de fotografía, Emmanuel Lubezki, que aquí vuelve a maravillarnos con sus “capturas de pantalla de WINDOWS 10”, fenomenales todas las tomas de la naturaleza, y el cuidado puesto en la arquitectura, el color y la geometría; así como también se nota el buen gusto del director en la banda sonora; PERO me atrevo a decir que desde “The Tree Of Life” (2011), Terrence Malick viene mostrando la misma película, y eso le cobra una GRAN factura; siendo esta, la 4ª misma película que produce. Y es que no se vale que un director tan capaz y único, se repita tanto, aunque maravillosamente, esta es solo una película de imágenes.
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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Estrenada en el South by Southwest Film Festival, ambientada en Austin, Texas, y vapuleada por buena parte de la crítica, Song to Song es un largometraje que tiene como protagonistas a un elenco de primer orden, que realizan un muy buen trabajo apropiándose de sus personajes y dando una gran credibilidad, no solo argumental sino dentro de la propuesta de Malick en su particular forma de filmar.

Como ha sido un punto en común en este realizador, la fuerza y eje central del relato es el amor, como se manifiesta, como se vive, como entra en periodos de estancamiento, como finaliza, como renace, etc. Y alrededor de esto, construye tópicos que también van siendo constantes en sus últimos largometrajes, los sacrificios laborales, la búsqueda del éxito y el hedonismo como medio cegador del verdadero significado de lo que debería ser la vida.

Los protagonistas del filme son Cook (Michael Fassbender), un afamado productor musical que le abre las puertas a BV (Ryan Gosling) para que inicie una carrera, al mismo tiempo que le promete a Faye (Rooney Mara) en un futuro iniciar su proyecto. Con estos personajes más otros que se van a ir sumando, comenzará a darse la maraña amorosa.

Valga aclarar, y es un punto importante para la validez del relato, es que los conflictos a lo interno del guion se dan de forma muy natural, sin artificios que a la postre se notaran muy armados y por ende falsos. Por el contrario, con una pluma honesta, que se enfoca en la cotidianeidad, y una mirada que logra resaltar la belleza bajo cualquier ángulo, todo se desarrolla sin forzar, de forma fluida.

La cuestión con Malick es evidente, su forma de hacer cine puede molestar, su forma de narrar no es la común, juega mucho con la edición, su cine es de momentos. La función de los diálogos pasa a un segundo plano, apenas se develan algunos detalles dentro del día a día de los personajes, mientras que la voz en off que puede resultar soporífera, es en realidad lo que complementa lo que vemos, son estas las reflexiones de los personajes, de lo que sienten, porque son estos los que narran cada cuestión que van viviendo.

Discutible que fuera tan marginada, aún más decir que no cuenta nada, no tan discutible decir que no se congenia con la “forma” Malick, la marca registrada con la que realiza sus preguntas. Encantadora y atractiva película.

De vuelta con la cuestión Malick. ¿No tiene derecho de hacer la película que le venga en gana? Digo. Porque el hombre rodó Días del cielo, y, a decir verdad, lo que le faltaba a Knight of Cups (una trama un poco más clara) esta cinta sí lo tiene.

Se necesita que en la mente del que ve la película ocurra algún proceso mental, pero si sufre de muerte cerebral no va a poder darle causalidad a nada. Así el resultado sería principalmente que la película se deslizaría por su retina haciéndolo sentir como un tonto que no capta nada, lo cual, efectivamente, es.

Luego su inconsciente dispararía un mecanismo de defensa consistente en creer que el tonto ha sido Malick. De esa forma su ego queda intacto. Esto es típico.

Song to song, tiene una trama más clara que Knight of Cups, aparte, con todas esas bandas de rock, es un poco más juvenil y divertida que Knight of Cups. Para mí fue fácil conectar con los personajes, los entiendo mejor que en Knight of Cups. Me gustó la fotografía, los apartamentos, los bares, los jardines. Aunque debo reconocer que en ciertas escenas los actores estaban MUY perdidos.

Paso a spoiler: