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Negocios riesgosos

Drama. Comedia Joel Goodsen es un joven de 17 años, universitario y responsable. Un chico en el que cualquiera puede confiar. Pero ha sido bueno durante demasiado tiempo. Ahora los padres de Joel se encuentran de viaje, y él está solo a cargo de la casa. Sus padres, confían en él. Aunque quizá no deberían... (FILMAFFINITY)
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace mucho que tenía pendiente ver esta película, fue una más que grata sorpresa descubrir que no era una tonta película para adolescentes, hecha sin ganas. Ya con ese sueño introductorio quede completamente enganchado.

Pero que bien rodada esta, la dirección genial, varias escenas épicas, ni hablar de las eróticas que llegan al máximo con la del tren, (me imagino cuantos adolescentes habrán intentando ponerla en práctica) y además, que solo por la banda sonora ya vale la pena verla. Otra cosa los dos protagonistas cumplen totalmente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
sdas911
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14 de agosto de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El vecindario parece el mismo, pero nos encuentra más confiados y atrevidos.
Colarse en casa ajena, la sublimación de lo prohibido, dispara una excitación que en la realidad nunca hemos sentido.
Y allá en la ducha neblinosa, se adivina una figura femenina que es, a la vez, inalcanzable objeto de deseo y placer voyeurista de la desnudez.

Quién no ha tenido un sueño así, alguna vez, en las fronteras de la madurez y el despertar sexual.
'Risky Business' va más allá de la mera fantasía adolescente porque, lejos de recrearse en sus alocadas perversiones, elige tratarlas con el halo mítico que alguna vez tuvieron, mirándolas con ese puntito idealizadoramente romántico que más tarde o más temprano acabamos perdiendo.
Perder la virginidad fue una vez la promesa de acceder a un mundo de leyenda, uno del que todo el mundo hablaba y que, en algún punto indeterminado de los 18, guardaba toda la libertad que se nos escapaba.

Joel Goodsen así lo siente, y la banda sonora de Tangerine Dream se encarga de transportarnos a ese lugar imaginado, donde ser un buen chico siempre es la peor de las pesadillas al despertar.
Cuando sus padres se van, casi notamos el agobio en plano subjetivo, la necesidad de agradar, de mantener la compostura, de cumplir con las expectativas que nos han dado.
Mala suerte que un "pero qué diablos" haya estado fraguándose en la cabeza de Joel desde mucho antes, y una llamada a chicas de compañía sea el impulso oportuno para dejar de ser solo el príncipe de ese reino que se le ha entregado.

A partir de entonces, se podría decir que 'Risky Business' pasa a ser una fábula con moraleja: un cuentecillo sobre los peligros de tomarte demasiado en serio, persiguiendo una excelencia que a nadie le importa, pervertido por la traviesa y sensual hada que encarna Rebecca De Mornay.
Ella, Lana, con su insistencia en quedarse, con sus juegos que buscan el placer de picarle, salva a Joel de ser otro ciudadano modelo, de esos con muchos títulos y cursos empresariales, que a la hora de la verdad nunca han probado las delicias del riesgo ni han vivido al límite sin importar lo que pase luego.
La jeta de Tom Cruise sudando de su plaza en Princeton representa el glorioso sentir oculto de varias generaciones: porque todos hemos preferido ese Princeton estampado en la provocativa camiseta de quien nos va a quitar los pantalones.

También es verdad que todo podría haberse quedado en una broma que se salió de las manos, incluso en un calentón momentáneo que fue "otro más" en el frenesí de llevar un prostíbulo a tierna edad.
Pero es en ese viaje en tren al final, bajo las miradas airadas de la supuesta decencia, en un hechizo al borde del despertar, donde se descubre la verdadera naturaleza de lo que ha sucedido: Lana y Joel lanzando el "pero qué diablos" más grande del mundo, condensado en un recuerdo que nunca se irá.

Solo espero nunca mirar una experiencia como esta desde la superioridad moral, creyendo que nunca la he deseado.
Ni tampoco que cualquier bronca posterior, ese precio que siempre se paga, empañe las locuras disfrutadas.
Charles
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15 de mayo de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con todo el derecho a equivocarme, una peli para descerebrados que ya anunciaba la infantilización mundial. Que por cierto avanza de manera importante con la globalización tipo USA.
Mi sensación, formada por los sedimentos de la aluvión constante de la vida, es que debe haber muchos descerebrados en ese pais y se van extendiendo.
Y me asombra que un crítico la compare con la magnífica The graduate...aunque muchas veces no esté de acuerdo con los críticos. Claro que éste es USA.
Shostako
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27 de marzo de 2016
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Estos últimos años han estado marcados por los remakes cinematográficos, y en medio de este énfasis por revivir tiempos pretéritos, a veces me pregunto, ¿cuáles de las películas que forman parte de mi infancia, no podrían hacerse hoy en día? Esta, desde luego, es una de ellas.
El argumento es sencillo. Los padres de Joel (Tom Cruise), se van de vacaciones y dejan al muchacho solo en casa. La mezcla de su edad, conversaciones con amigos, y ser testigo de cómo otros compañeros tienen experiencias con chicas hacen que se plantee contratar los servicios de una prostituta llamada Lana (Rabecca de Mornay). A partir de ahí la vida del chico descarrilla mezclando problemas con sus estudios, robos en su casa, y la amenaza constante del proxeneta de la chica.
El guion intenta bascular entre las comedias gamberras, siguiendo la estela de obras como “Desmadre a la Americana” en su tratamiento del sexo, y los dramas sociales. Aquí falla bastante porque el tono de la película se enfrenta a la historia que narra, todo es mostrado desde el prisma de la comedia ligera. Si se la juega a un proxeneta que amenaza con matarlo, no hay problema porque en el fondo es comprensivo y de buen corazón. Si se estrella en su entrevista con el ojeador de la universidad a la que pretende ir, no pasa nada porque siempre hay formas solventes de convencerlo. Y cuando Joel intenta saber de la vida de Lana, la película ni siquiera la presta atención y pasa directamente a una escena cómica, con lo que queda como un intento fútil de meter dramatismo forzado. Por eso es mejor tomarte la película como una comedia, y olvidarte del drama. Lo más interesante del guion es la valentía en la transformación de Joel, de un muchacho insulso en todo un empresario seguro de sí mismo. No en vano, Tom Cruise definió está película en una entrevista como una película sobre el capitalismo. En este aspecto, no puedo evitar pensar en otra película estrenada en 2004, “La vecina de al lado”, mucho más centrada en la parte cómica, pero con una resolución mucho más mojigata, lo que la devalúa ya que la hace quedar a medio camino, mientras que Risky Business no tiene miedo en ir hasta el final de la historia que quiere mostrar.
Las actuaciones no son especialmente remarcables. El más solvente del elenco es Tom Cruise, que construye un personaje que te puedes creer, pero que no aporta grandes matices. Rebecca de Mornay cumple en su papel de femme fatale, presentado una preciosidad que sabes que oculta algo, aun así, queda bastante plano, y no será hasta “Nunca hables con extraños” que perfeccionará este personaje. El personaje que más derrapa es John Pantoliano, el proxeneta Guido, debido a la dicotomía entre tono y guion antes mencionada. Su personaje me pide un tratamiento más violento, pero el tono positivo de la película lo niega, con lo que el actor queda encasillado en una caricatura de proxeneta más que en un personaje complejo y redondo.
La banda sonora original se defiende, basada en sonidos sintetizados tan presentes en el rock de finales de los setenta y principios de los ochenta. Hay veces que incluso recuerdan a la magnífica suite de Pink Floyd “Shine on your Crazy Diamond”. Pero donde la banda sonora brilla realmente es con piezas del rock de la época, como Bruce Springsteen con “Hungry Hearts”, o el “In the Air” de Phil Collins que además apunta una escena brillante. Sin embargo, si hay una canción de la que la película se apropia absolutamente es “Old Time Rock and Roll” de Bob Seger hasta el punto de que es imposible desvincular película de escena. Quizás debido a que ha sido parodiada hasta la saciedad.
En definitiva, se trata de una película muy disfrutable, si se toma como comedia ligera, que gana por lo políticamente incorrecto de su argumento.
RashZitz
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18 de mayo de 2016
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Clásico de los 80. Tiene encanto (el factor nostálgico esta a su favor).
Tom Cruise se hizo famoso gracias a su baile en calzoncillos.
Película con escenas picantes y una Rebecca de Mornay en su plenitud ( y que nos enamoro).
Película muy entretenida. Disfrútala.
Megustaelcine
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