Tus santos y tus demonios

La historia supuestamente basada en la vida de su guionista y director, (sea por que así se vivía en los ochentas en los barrios mas marginados de New York, o porque es un admirador de Spike Lee y Larry Clark) durante todo el metraje uno no se olvida del cine de estos dos realizadores durante todo el metraje, ya que la película va contando dos historias, durante la etapa adolescente las reminicencias son absolutas tanto es así que la empece a ver y no podía creer que esta película no fuera de Clark, ya que los diálogos y las situaciones que viven los personajes son calcadas a las expuestas en su cine.

Lo de Lee es un poco más discutible, pero algo de su cine se siente en esta película.

Lo bueno es que sus diálogos en el presente sobretodo una de las primeras escenas, spolier.

Lo malo es el mensaje conservador del final.

El escritor Dito Montiel adapta a la gran pantalla su propio libro, lleno de vivencias autobiográficas del conocido barrio de Queens. El director nos muestra la llegada de un escritor de cierto éxito (interpretado por Robert Downey Jr.) al barrio donde pasó su niñez debido al mal estado de salud de su padre (Chazz Palmintieri), y allí los recuerdos le asaltan: los amigos de correrías y juegos, el primer amor, etc. Todo ello va pasando por los ojos del protagonista, como algo que tenía oculto y que al volver, aflora de nuevo.

El director nos ofrece una visión del barrio de Queens no precisamente idílica, pero sin juicios de valor, con una cierta rutina, y deteniéndose en pequeños detalles del barrio el cual sin duda conoce a la perfección el director, su mirada está llena de nostalgia y de recuerdos, y eso lo transmite a la perfección en las imágenes. El film, al estar tan localizado en el espacio, para el espectador de fuera de los Estados Unidos, e incluso más concretamente, de fuera de New York, no le dirá gran cosa que no haya visto en otros barrios, por lo que el mensaje del film es complicado que se llegue a entender a un europeo.

Aún así, a destacar la originalida de la propuesta, sustentada sin duda al tratarse de temas autobiográficos y la buena interpretación del siempre eficaz Chazz Palmintieri. La presencia de Robert Downey Jr. es prácticamente testimonial y solo se limita a aparecer con el gesto sombrío por las calles de Queens.

Muy digno debut tras las cámaras del escritor Dito Montiel, que retrata de forma semiauto-biográfica la última parte de su juventud en el populoso barrio neoyorkino de Queens, concretamente en la zona mayoritariamente habitada por descendientes italianos y griegos.
Como ha comentado el mismo Dito, no es absolutamente biográfica, pues algunos hechos y personajes son absolutamente inventados, como el muy importante personaje de su amigo Mike, el irlandés con sueños musicales. Pero, uniendo esta y aquella vivencia, que sí vivió en la realidad, construye un mosaico de sentimientos y realidades sumamente interesantes y dolorosos.
Y lo hace de forma, creo yo, bastante desigual. La forma, la técnica empleada, no es de mi completo gusto, con un montaje un tanto aleatorio y una composiciones formales que denotan cierta orginalidad, pero que a veces deforma la narración hasta hacerla un tanto difícil. Y creo que lo hace de forma muy personal, sí, pero algo gratuita.
Sin embargo, lo importante, esto es, lo que cuenta, está expresado con toda crudeza y sinceridad, dándonos a conocer una realidad nada complaciente de unos años difíciles en un entorno hostil, de donde no parará hasta marcharse el sufrido protagonista.
Aquí, tampoco creo que yo que acierte plenamente el director, pues algunos hechos no están perfectamente explicados. Por ejemplo, y esto es fundamental para la comprensión del film, no se entiende al cien por cien la animadversión del protagonista hacia su padre, al menos expresada de forma tan virulenta como lo hace él. Tan sólo en su parte final, en dos secuencias magistrales entre Dito y su padre (magníficos Shia LaBoeuz y Chazz Palmintieri) se llega a vivir con intensidad la incomprensión y falta de comunicación entre ellos. Pero antes no, no lo expresa de forma clara.
Estupenda banda sonora, con preciosas y exitosas canciones de finales de los ochenta y un muy bien conjuntado elenco interpretativo, donde todos hacen su labor de forma encomiable.
A veces los personajes jóvenes dan la impresión de ser un poco gilipollas, más que rebeldes o faltos de oportunidades, pero echando la vista hacia atrás en mi propia vida, también vivida en un barrio obrero, aunque a muchas millas de distancia tanto física como social de Queens, me reconozco en algunos estúpidos comportamientos. Y si algunos no los llegué a realizar yo (el de la vía del tren) sí que lo vi hacer a algún amigo o conocido degenerado.
En resumidas cuentas, que merece la pena ver, pues aunque, repito, algunos hechos están expresados de forma un tanto arbitraria, sí que al final, en su último tercio, llega incluso a emocionar. Sobre todo en las escenas familiares, en la confrontación entre el protagonista y su padre. Ambos se quieren muchísimo pero hay una distancia generacional y cultural insalvable. Esto ya me lo conozco bien yo. Lo he vivido (aunque no de forma tan dramática) y lo he visto en muchas ocasiones.

Seguramente esta película se comparara con títulos como Sleepers o una historia del Bronx, ya que es una película de ese estilo aunque sin llegar a ser tan buena como las otras en mi opinión. Sin embargo es una película buena, no es notable pero es buena, cuenta las historia de un hombre a través de sus vivencias en su adolescencia que le marco la vida de una forma importante ya que lo marco para siempre.
Eso es lo bueno de la película es esa relación entre el presente y el pasado, los recuerdos de la adolescencia ya que es una época que marca a casi todo el mundo. La historia es entretenida e interesante pero tiene varios fallos en su desarrollo como algunas partes en las que la historia no enlaza todo lo bien que debería y se hace en algunas ocasiones un poco difícil de seguir.
En conclusión es una película recomendable para la persona que le guste este estilo sin llegar a ser notable pero merece la pena verla.

Cuando una persona se cría en un ambiente difícil y logra tener éxito en la vida, es normal que se pregunte a sí misma cómo hizo para escapar de un destino trágico. En cierta forma, aquellas duras vivencias de la infancia y de la juventud siempre terminan por volver al presente.

Ese es el caso del escritor y ahora cineasta Dito Montiel, quien debuta con esta película. Montiel adaptó su propio libro y decidió comenzar su carrera en el cine con una autobiografía centrada en su adolescencia en una zona marginal de Queens (Nueva York) durante la década del ’80. El autor vio como muchos de sus amigos terminaban muertos o en la cárcel por las drogas, hasta que abandonó el barrio de Astoria.

SINOPSIS: La película cuenta la historia de Dito, quien siente estar protegido por los santos: de lo contrario, debería estar muerto como tantos de sus conocidos. La película muestra la dura adolescencia del escritor y cómo, después de quince años de ausencia, debe regresar a su barrio ante la enfermedad de su padre. Al reencontrarse con sus antiguos vecinos y amigos de la infancia, todos sus recuerdos afloran.

Tus santos y tus demonios, que cuenta con la participación de Robert Downey Jr. (Iron Man), Chazz Palminteri, Eric Roberts (Batman: el caballero de la noche) y Shia LaBeouf (Indiana Jones IV), fue premiada en el Festival de Sundance 2006. La reseña publicada en El Perro Café señala que el regreso de Dito a su vecindario no es un simple ejercicio de nostalgia, sino que el hombre vuelve al barrio y comprueba que queda muy poco de valor allí. Sus recuerdos están plagados de dolor y violencia.

El actor predominante de esta película es LaBeouf como el joven Dito y no Downey Jr. como el escritor ya maduro. Por eso, la propuesta tiene puntos en común con aquellas cintas de adolescentes con problemas de drogas y pandillas.

Lo bueno: Que es una historia real contada por su protagonista.
Lo peor: El principio es muy aburrido, casi a la media hora toma fuerza.