Diamante de sangre

Bien, te propongo un experimento:

Antes de ver la película responde sinceramente a las preguntas que planteo. Y haz lo mismo tras su visionado. Si coinciden significa que no te ha sugerido nada.

A estas alturas, en el primer mundo estamos casi que plagados de ONG, organizaciones que ofrecen ayuda humanitaria desde la sociedad occidental. ¿Es realmente eficaz dicha ayuda? ¿O quizás solo parcheen tanto las heridas rojas, sangrantes y abiertas de muchos territorios junto con BUENOS PARCHES A LA MORAL PRIMERMUNDISTA?

La película deja patente que nos estamos inmunizando frente a las barbaridades, ya que los diamantes siguen vendiéndose exáctamente del mismo modo (siendo reconocido el mismo origen) que antes del proceso de Sierra Leona. Buscamos el lujo y nos importa una mierda su origen ¿por qué compramos si no?

Se trata de un film interesante, con buenas dosis de acción e interpretaciones bastante creíbles, pero que pierde demasiado por la enorme linealidad del argumento y, por tanto previsibilidad del desenlace.

El tablero es África y las figuras, negros y blancos. Yo siempre que juego al ajedrez me pido las piezas negras y, a veces, gano, depende de la estrategia. Sin embargo, en África ganan siempre los blancos. Al igual que en el ajedrez en el que, para ganar uno u otro equipo, hay que sacrificar varias piezas, en el juego real también se sacrifican cabezas, soldados, seres humanos. Y aunque siempre ganan los blancos, también muchos de ellos perecen para darles la victoria a sus reyes. Es un juego mortal, un juego de sangre, pero tiene sentido: hace más rico a los blancos y más pobres a los negros, o más rico a occidente, a los países desarrollados y más subdesarrollados aún, a los que ya lo son. En éste juego los blancos siempre ganan porque, precisamente, hacen trampas, manejan también a los negros. Inyectan, en África, como si fuese en un brazo, algo tan malo como la heroína, y de tal manera consiguen la división. Unos africanos empiezan a vivir mejor y otros siguen pasando calamidades. Pero ambos pierden, el juego no está para que ellos ganen, y tampoco para que la mayoría de los blancos ganen. El juego está para que un grupo pequeño, compuesto por blancos, algunos orientales y, posiblemente, algun negro, africano o no, ganen, y ganen siempre. Aquí no existe racismo, sólo dinero, poder e interés.
La película nos da una muestra de cómo el mundo está manejado por unos pocos, cómo a su antojo, y como marionetas, vamos haciendo lo que ellos quieren.
Magnificamente rodada e interpretada. Su punto flojo es la falta de profundidad de los personajes, aunque es cierto que si se entretuviesen en contarnos más sobre ellos, la trama en si perdería o resultaría un tanto pesada. Muy dificil hacerla mejor.

No pensaba que me iba a gustar tanto, la verdad es que la historia engancha, con grandes momentos al estilo antiguo. Varias escenas antológicas.
Las interpretaciones no destacan por su dramatismo o histrionismo, lo que permite ver la película sin fijarnos en los actores, sino en la historia que cuentan, lo cual es muy importante.
DiCaprio parece que le cuesta lograr un nivel interpretativo que impacte. Si tenemos que destacar a algún actor/triz destacaría a Jennifer Connelly que le da ese toque de encanto a la película.
Muy destacable la fotografía.
Muy buena la historia, que nos debería hacer reflexionar.

Este tipo de pelis son criticadas por los cinéfilos progres por no ser lo bastante profundas ( es decir, por no poner a parir a los Estados Unidos) Lo que los críticos y cinéfilos gafapastas denominan "cine de denuncia" no son otra cosa que obras panfletarias, casi siempre con el mismo sesgo ideológico. Lo bueno de este filme es precisamente es que muestra los hechos sin jugarlos, sin caer en la trampa de dividir el mundo entre buenos y malos. Algunas escenas, sobre el todo al final, parecen un poco forzadas, pero el resultado global es mucho mejor de lo que cabía esperar de una película comercial.

Compruebo la valoración y me preparo para disfrutar de un peliculón. Empieza la película con ritmo, y sobre todo
con mucho ruido. Conforme va pasando la película el ruido no cesa, pero ni el argumento central ni el ritmo de la película cumplen con las expectativas. Llegado el momento ya no consigo diferenciar demasiado a Di Caprio de Chuck Norris. El tedio me supera pero permanezco hasta el final, más que nada por amor propio, y para terminar las palomitas. No llego a entender por qué las valoraciones son tan altas. La película es del montón , y en contadas ocasiones los personajes trasmiten credibilidad, o algún tipo de emociones. Todo transcurre a demasiada velocidad y con estereotipos demasiado manidos. No se aporta absolutamente nada interesante, salvo , eso sí, un presupuesto elevado que permite, al menos, hacer llevadero el espectáculo de fuegos artificiales. Absolutamente prescindible.