Amazing Grace

"De buenas intenciones esta empedrado el camino al infierno".
Y muy buenas intenciones es lo que tiene esta obra pero que se queda a medio camino.
El tema es muy interesante viendo el principio del fin de la esclavitud y las estrategias que manejan los políticos.
Pero el mayor problema para explicar algo tan interesante es la falta total de intensidad, siguiendo un ritmo plano y lento, sumado a actuaciones de baja calidad en especial de su protagonista.
Queda las ideas principales de como los buenos ideales pueden ser sepultados por la realidad y que la vida es una carrera de fondo donde el que la sigue la consigue.
Me dejó reflexionando el tema de la política, donde muestra que los que mandan son siempre los mismos por mucho que intentemos los de abajo. Haciendo un gran paralelismo (salvando las distancias) la esclavitud con la actual situación de los desahucios es desalentador.

En conjunto un 5,5

Historia simplona y poco valiente. Por caminos muy trillados este filme trata de presentarnos la personalidad de Wilberforce y las primeras iniciativas en el Imperio Británico para la abolición de la esclavitud. Sin embargo, los personajes se mueven y tienen mentalidad del siglo XXI, solo que trasplantados en un escenario y con vestuario del XVIII, bien reproducido, eso sí. Particularmente desafortunada es la forma de presentar la amistad de Wilberforce con Pitt y los escarceos con quien sería su esposa. Filme con escaso sentido de lo histórico que en ningún momento consigue desprenderse de un aire de película de TV.

Se trata de una película que motiva a la ejemplaridad, a los valores humanos, a la humanidad y a la religiosidad. Porque una de las cosas que deja claro esta película es que el protagonista, históricamente verdadero, William Wilberforce, luchó en el tiempo que le tocó vivir (siglo XVIII-XIX) como político inglés ya dentro ya fuera del Parlamento, por la abolición del comercio de esclavos, y todo ello apoyando su quijotismo en sus convicciones religiosas. Es decir que fue su índole religiosa y no otra como la partidaria, la que le acicateó, la que le motivó, la que le concienció a trabajar contra todo tipo de obstáculos, de leyes y de poderosos por abolir la trata de esclavos y su comercio en todo el Imperio Británico.

Cuando se trata de causas nobles u honestas, las batallas hay que darlas. Y ojo, si hay batallas que se pierden sobremanera son las que no se dan. William Wilberforce, propuso en 1791 un proyecto de ley a la Cámara de los Comunes para eliminar la esclavitud. Y desde entonces, luchando contra tremendos y gigantescos "molinos de viento", defendió el proyecto abolicionista hasta 1807, año en que su proyecto de ley fue aprobado por el Parlamento Británico.


Buena y valiosa película.

Un tostón de casi dos horas donde unos vejestorios con peluquín y polvo en la cara se enfrentan verbalmente sobre el tema de la esclavitud. No hay acción, no hay emociones, no hay narración.
No por que una obra trata de cuestiones sobre derechos humanos, debe necesariamente ser considerada una buena película o merecedora de ser vista!

Para oponerse a algo tan horrible como la esclavitud se requiere mucho coraje y humanidad, y eso es algo que William Wilberforce demostró tener con creces cuando logró abolir la trata de esclavos en 1807. Un acto de tal valor es digno de ser recordado, de modo que cuando el director Michael Apted narró la valerosa campaña de Wilberforce en contra de la esclavitud con esta película, se hizo honor a la hazaña de este político, filántropo y abolicionista inglés.
La interpretación de Ioan Gruffudd en el papel de William Wilberforce es magistral, lo mismo que las de Romola Garai, Benedict Cumberbatch, Albert Finney, Michael Gambon y los demás actores en sus respectivos papeles, que como si de una obra de teatro se tratase, formaron un excelente marco para ambientar una de las luchas más heroicas y humanas de la historia.