Entre las piernas

Los huevos. En concreto de los que hicieron esta basura infumable que irónicamente solo puede ser disfrutada con una gran fumada de crack con virutas de hachís a las finas hierbas.

Si David Lynch creara una película para masturbarse seguro que este sería el resultado.

El reparto. No se salva nadie. No solo hacen estrepitosamente mal sus papeles si no que además muestran tanta química entre ellos como la que hay entre Putin y Obama.
Lo que nos cuentan es difícil de etiquetar. No se si es por lo absurdo o por lo mal contado que está que resulta lo peor del cine y no solo del cine español.
Y encima no sabemos a que jugamos. Como obra policíaca es horrible, como erótica es fría como teta de bruja, como castigo para causar terribles secuelas psicológicas resulta tremenda mente efectiva.

Un último clavo en el ataúd de esta cosa es ver como décadas después, sea en cine o televisión, trabajan las mismas caras en las que mayoritariamente tienen el mismo talento que Carmen Sevilla bailando break dance.

Todas las adicciones conllevan a un problema como es lógico. Esta película es de todo menos adictiva. Hay poco Feeling entre los intérpretes y pasa ante los ojos sin pena ni gloria, quedando en lo más recóndito de mis recuerdos. A pesar de empezar con buen ritmo, luego va aflojando y perdiendo intensidad.