Legión de ángeles

«Cuando yo era un niño mi madre gafapasta me recordaba cada noche antes de dormir, en mi habitación repleta de pósters de películas de Tarkovsky, el abrir mi corazón (nunca otra cosa que nos conocemos) a Murnau, Él era amable, misericordioso y justo. Un genio, vamos. Bueno, también era gay y según las malas lenguas el chico era menor y puro ‘Tabú’ y el director de “Amanecer” no iba al volante sino entre las piernas… que me pierdo con la lengua como Murnau…
Prosigo: Las cosas cambiaron cuando mi padre se fue unos años más tarde harto de soportar un ciclo de Dreyer y Bergman al mes, dejándola para criarme y a mis hermanos en una ciudad de la periferia muy alejados del Desierto Rojo de Antonioni, donde no había filmoteca como castigo, sólo un multicine de centro comercial. Nunca más habló de Murnau, Stroheim, Renoir, Oliveira o Bresson, o de un director misericordioso y gafapasta de nuevo. En cambio, habló del cine de acción, comedias románticas comerciales, cine de terror para adolescentes y cine español (de destape sobre todo); ¡ah! y también de una profecía. De un tiempo cuando todo el mundo estaría envuelto en la oscuridad y el destino de la humanidad se decidiría… y no en una gala de los Oscars que premiase una de James Cameron.
Una noche reuní todo mi coraje gafapasta (me vi las películas de Rivette de más de cuatro horas y dos veces) para preguntar a mi madre por qué el cine y sus dioses gafapastas habían cambiado: ¿Por qué estaba tan enojados con sus ahora hijos-de-Gloria Swanson?
‘No lo sé’, dijo, arropándome con mi sábana con todas las portadas de Rohmer, ‘Quizás esté encabronado porque nadie todavía le ha dado sus gafas en 3D.»

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El terror está en cualquier rincón, cualquier espectador puede ser un poseso y estar poseído. ¡Viejas saltarinas! ¡Empacho de moscas! Efectivamente, esto es una M de Legión. Pero queda más: heladeros larguiruchos, tuneros y viejos pensionistas, niñas de comunión, posesión angelical masiva entre niños con voz de Carmen de Mairena y un arsenal digno de una película de Stallone.
Es buen momento para empezar de nuevo a fumar y sobre todo para soltar la frase más lacrimógena. Lo mejor de “Legión” es que sus actores se la toman en serio. A eso se le llama profesionalidad.
Vaya Portal de Belén: con una ‘virgen’ camarera paleta que fuma por las trancas de Cristo, un José mecánico y empanado y un ‘angelo’ con chupa y metralleta a lo “Terminator”. ¿Y los tres Reyes Magos? Que no os habéis enterado de nada… ¡esto es EEUU de América de la Buena! Aquí no creemos en la Monarquía sino en Chuck Norris y en las profecías a lo manual de instrucciones en formato tatuaje y profetas que seguramente sean locutores de radio o vendedores de armas. Bienvenidos a la Legión AmerrriKana (con acento ruso, que queda mejor).

A ver, sólo he leído críticas negativas o muy negativas de esta película. Un Dios aburrido de ese invento suyo llamado "humanidad" (bastante lógico, viendo como está el patio) decide liquidar el negocio. En vez de mandar un meteorito o un agujero negro o una bola gigante como la de "ultimátum a la tierra de Keanu Reeves", hace que sus ángeles posean a la gente transformándolos en una especie de zombies teledirigidos que o bien a) son muy torpes y se pueden matar a miles con una navaja suiza o b) son spidermans en potencia que tan pronto se suben por las paredes con gran agilidad como se deslizan sin rozamiento por suelos de parquet. Mientras todo el planeta es poseído agriamente, un grupo de supervivientes reunidos por azar en una estación de servicio situada en medio de un desierto tratan de resistir a los zombies con la ayuda de un ángel rebelde. La película invierte la idea del ángel caído convirtiendo a San Miguel (aquí Michael) en un ángel con conciencia que cree en un Dios amoroso y buenazo que está pasando simplemente una mala racha. Entre tiros y sangre y escenas de películas de zombis vistas mil veces se deja caer una especie de promesa de plan renove de la humanidad gracias al hijo que va a nacer de una camarera bastante choni amada en silencio por un panoli de una pieza. El salvador de la humanidad, pues, carecerá de padre conocido, será hijo de una mujer de mala vida y será perseguido por todos los ángeles de Dios (menos uno, claro, Michael). Los ángeles sólo pueden atacar a los humanos si previamente los poseen, excepto los “generales” que pueden dar leña a diestro y siniestro. Éstos usan alas de alta tecnología y armas del siglo IV d.C. Y todos, todos, cuando poseen a los humanos utilizan un lenguaje próximo a la Regan de "el exorcista". Todo este baile de referencias sirve de excusa para 1) poner a Denis Quaid a poner caretos de todos los tipos durante hora y media (qué liberación -ojo espoiler- cuando lo revientan!), 2) poner a Paul Bettany a lucir musculitos y tatuajes y 3) realizar la típica selección natural de personajes para que el espectador se entretenga pensando en lo listo que es al adivinar cuél es el siguiente en morir.

Hay algo en tan demencial planteamiento que hace que uno le coja simpatía a la película. El delirio, cuando se va de las manos de una manera tan absoluta, mola mucho. En especial si la cosa no tiene ni pies ni cabeza, si la gratuidad es la norma que rije las acciones de los protagonistas y si causas y efectos están desligadas de manera absoluta durante 3/4 partes del metraje. Es, realmente, una buena mala película, un delirio palomitero que firmaría Lynch si tuviera que ganarse el pan con presupuestos de 100 millones de dólares de los cuales 99 correspondiesen a efectos especiales. Mi recomendación es: vayan a verla. Sólo por rajar a gusto de todos sus minutos de metrajeso por reírse con sus diálogos ridículos y con la psicología de todo a cien que gastan los personajes en sus relaciones entre ellos.

Si leo los puntajes y críticas jamás la hubiese visto.
Ayer de casualidad la empece a ver y me sorprendió gratamente.
Muy buena calidad técnica, grandes imágenes y escenarios.
Una historia post apocalíptica muy bien contada.
Angeles, demonios, cuasi zombies, y sobrevivientes en una guerra no declarada.
Me encanto!.
No se que le paso a la gente que la voto tan mal.
Yo la recomiendo.
Para mi es un 8 porque esperaba un poco más del final.
Pero para nada es una mala película ni por asomo.
Veanla de nuevo críticos.

Una vez tras otra, desastrosos directores principiantes americanos perpetran películas de gran presupuesto y calidad ínfima. Legion es un buen ejemplo de esta práctica, y como no puede ser de otra forma, cuando se estrene en España, miles de espectadores engañados por un trailer efectista se dejarán el dinero en la taquilla obviando títulos más interesantes (tanto españoles como estadounidenses o de otros países).
Legión es un film absurdo del tipo supervivencia en grupo, con dosis del cine de zombies y escenario apocalíptico (pero del mismo Apocalipsis de la Biblia, nada de desastres de medio pelo). La idea de partida no es mala del todo: Dios se ha cansado de los hombres y envía sus hordas destructoras al mando de ángeles.
Sin embargo, el resultado es tan absurdo como la imagen del protagonista, Paul Bettany, acostumbrado a hacer de tirillas en comedias y que aquí se ha hipermusculado para ser el único ángel defensor de los hombres. Pues eso, para echarse a reír.
Las interpretaciones son penosas, incluso la de mi querido Dennis Quaid, que va de mal en peor. La banda sonora, se lo pueden imaginar, un coro de iglesia cabreado anunciando el fin del mundo una vez tras otra. Los efectos especiales, presuntamente lo mejor del film, pues los de siempre: sangre, gente que anda por las paredes y ejambres gigantescos... de moscas (¡qué miedo!).
Lo digo con toda sinceridad: deplorable.

Pobrecito remake de Terminator, que no tiene presupuesto. Va sobre el apocalipsis, así que transcurre en un bar cutre de carretera. El protagonista es un ángel, así que se corta las alas en su primera escena. Dios decide acabar con la humanidad y envía a todos sus ángeles para que... posean a los humanos. Supongo que así le sale más barato, aunque el plan tiene sus puntos débiles, como que los humanos son vulnerables a las balas y todo eso. Apuesto a que no habías pensado en eso, Dios. Luego sale un ángel con alas y todo, y es el señor Keamy de Perdidos, pero a nadie le importa ya una mierda.
Pobrecito remake de Terminator, que va de que es una peli sobre ángeles y resulta ser una peli de zombis. Pobrecito Dennis Quaid, por cierto, con lo que molaba en Dragonheart. En fin, una absoluta pena para todos los implicados - público definitivamente incluido - en esta bazofia de tercera fila, en este subproducto que no cabe calificarse ni de televisivo, este truño aburrido hasta la náusea. Ni siquiera merece la pena escribir sobre ella, eso lo sabe hasta el director y guionista Scott Stewart, que ya ha rodado otra maravilla para los mismos productores y con el mismo protagonista. Se titula Priest. Seguro que mola.