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Todo sobre los Ricardo

Drama. Comedia Película sobre la relación sentimental y profesional de las estrellas Lucille Ball y Desi Arnaz. La historia se desarrolla durante una semana concreta de la producción de la exitosa serie de la época 'I Love Lucy' cuando Lucille y su marido se enfrentan a una crisis que podría terminar con sus carreras y también con su matrimonio.
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
24 de diciembre de 2021
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario

La fascinante cocina de la legendaria sitcom televisiva de los años 50s Yo quiero a Lucy, donde vemos cómo se construye, razona y discute un guion, cómo debe ser coherente con las situaciones y con los personajes y con la época, en un momento histórico que podría ocasionarle más de un inconveniente a su protagonista Lucille Ball (una camaleónica Nicole Kidman) y al show que maneja con mano de hierro.

Reseña:

La película sigue durante una semana la producción y los ensayos de un capítulo de la legendaria sitcom televisiva estadounidense de los 50s Yo quiero a Lucy (I love Lucy, protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz, que se grababa en vivo y con público en el set.

A lo mejor los jóvenes no conocen la importancia de un programa que congregaba cada lunes a la noche a 60 millones de televidentes y que convirtió a Lucille Ball en un verdadero ídolo. Yo mismo soy un fan de la serie (y de Lucille Ball, claro) donde Lucy demuestra ser una maestra de la comedia física (como ella misma lo aclara en la película) y los guiones ostentan una velocidad y una agudeza que no ha envejecido y que sirvió de modelo a todo lo que vino después en el género.

Being the Ricardos podría ubicarse en el subgénero de biopic focalizada, es decir aquélla que no busca una biografía completa de su protagonista, sino que se concentra en un episodio puntual para a partir de ahí conectarla con sus vínculos, su trabajo y su época e ilustrar otros momentos de su vida personal y artística a través de flashbacks. La película tiene una estructura ambiciosa, ya que además todo el conjunto, a su vez, es presentado como un falso documental con reportajes actuales a algunos de los personajes, recurso que sirve para agregar información.


. El director y guionista Aaron Sorkin nos describe una semana de vértigo, ya que a la descripción del llamémoslo rodaje del capítulo de la serie se suman por lo menos tres problemas. Uno de ellos está planteado casi desde el comienzo: el Comité de Actividades Antinorteamericanas cita a Lucille Ball por una denuncia radial que afirmaba que en su juventud se había afiliado al Parido Comunista. Esta espada de Damocles, con la posibilidad de su difusión periodística recorrerá toda la película. Por otro lado, la relación de la pareja no pasaba por su mejor momento y una tercera novedad (que no conviene revelar y espero que el lector no la haya leído en otros sitios) da lugar a un interesante debate sobre el desarrollo ulterior de la serie. Sobre esta estructura se montan, además, los flashbacks. Este es un cine como el de Scorsese, donde los personajes hablan todo el tiempo y mucho.

La camaleónica Nicole Kidman por momentos se convierte literalmente en Lucy, ya que la película recrea algunos fragmentos de la sitcom. Y aquí radica el punto más interesante y por momentos fascinante del film: cómo se construye, razona y discute un guion, cómo debe ser coherente con las situaciones y con los personajes (y con la época). Es evidente que Sorkin reflexiona sobre su propia tarea de guionista y la pone en escena de una manera brillante. En esta “cocina” participa un equipo de guionistas, el director, los productores del estudio y los patrocinantes. Pero es Lucy la que ejerce un férreo control sobre todas las variables de un espectáculo con una concepción y puesta en escena pionera. Resultan interesantes sus interacciones con la pareja coprotagónica (los actores que interpretaban al mal avenido matrimonio conformado por Ethel y Fred) y los guionistas. Por otro lado, resultaba atípico que la una pareja protagónica (Lucy y Ricky Ricardo) estuviera integrada por una norteamericana típica y un cubano (a Javier Bardem se lo ve un poco grande para el papel de Desi Arnaz, aunque lo intepreta con solvencia). También constituye un logro el juego creado entre la pareja real y la ficticia, al mostrar sus diferencias, pero también cómo se deslizan ciertas similitudes entre ambas.

Podría decirse que Sorkin y Kidman terminan insuflando un aire melancólico al conjunto y del mismo modo que el primero hace jugar a la pareja ficcional con la real, por momentos su puesta “actual” dialoga con el cine de esa época.

https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/12/24/being-the-ricardos/
Daniel B
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23 de febrero de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
AARON SORKIN se hizo famoso con EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA, serie muy destacable y con gran apoyo del público. Dio el salto a la gran pantalla con títulos meritorios como MOLLY’S GAME o EL JUICIO DE LOS 7 DE CHICAGO.

Desde entonces, es innegable que tiene un característico estilo, con ritmos que suelen ser trepidantes, entremezclando la trama con lo que se supone que son situaciones reales de los personajes de sus historias.

Por el mismo camino encauza SER LOS RICARDO, siendo autor del guion, donde se nos narra la loca semana que sufrió LUCILLE BALL. Para quienes no la conozcan fue una brillante actriz estadounidense que se hizo famosa con su serie “I LOVE LUCY”, consiguiendo hasta 60 millones de espectadores de audiencia y se convirtió en la novia de EEUU.
La trama es interesante, bien descrita y con juegos característicos del director, entremezclando situaciones de la vida del matrimonio entre LUCILLE y el cubano DESI ARNAZ e imágenes de la serie comentada (estas expuestas en B&N), pero se echa en falta el ritmo al que nos tenía acostumbrados SORKIN y según avanza el metraje, se pierde interés.

Particularmente me quedo con el que se nos haya mostrado un personaje tan reconocido en EEUU y cómo se nos enseña el rancio y falso puritanismo de la sociedad estadounidense de los años 50, con sus miedos y odios hacia el comunismo (incluida persecución), hasta el punto que una mujer embarazada no podía salir en escena porque quedaba implícito lo que había hecho para encontrarse en estado. Pero especialmente unas potentes actuaciones, con una KIDMAN brillante, con SIMMONS en un papel bien agradecido y siendo una debilidad personal, pero especialmente JAVIER BARDEM, con otro nuevo registro en el papel de cubano que tristemente le han acarreado diversas críticas, no a él, sino a su elección como DESI, por no haber utilizado un actor de dicha procedencia. A pesar de ello, su esfuerzo es sobresaliente y queda patente el pedazo de actor que es, mal que les pese a algunos “españolitos de pulsera en la muñeca”.
WATUSI
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30 de diciembre de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aaron Sorkin, uno de los mejores guionistas de Hollywood (El ala oeste de la Casa Blanca, La guerra de Charlie Wilson, Algunos hombres buenos, La red social, Moneyball, Steve Jobs, etc), tuvo un inicio algo titubeante en la realización cinematográfica con Molly's game, una cinta bastante sobrevalorada y no muy ágil en su narración. Sin embargo, después llegó El juicio de los 7 de Chicago y dejó boquiabierto al mundo con una de las mejores películas del año, fantástica y emocionante.
Con Ser los Ricardo, Sorkin rinde homenaje a las figuras de Lucille Ball y Desi Arnaz, y sobre todo recrea con enorme cariño la manera de hacer televisión en los años 50, y la manera de hacer comedia. Resulta muy cómico para el espectador ver cómo se decidía qué ocurría en el show "I love Lucy", y no cabe la menor duda de que la realización de Sorkin es elegantísima, ayudada además por el continuo despliegue de lujo que es el vestuario, el maquillaje (impresionante el parecido de Nicole Kidman con la mencionada Ball), los decorados, la fotografía y el vestuario.
El problema es que, pese al excelente trabajo que hacen los actores, capitaneados por Javier Bardem y especialmente por una sensacional Kidman, cuesta imaginar que esta historia vaya a entusiasmar a aquellos que no sean grandes fans de la famosa pareja televisiva. De hecho, en España no es que sean dos figuras muy reconocidas, y sus dimes y diretes sentimentales y profesionales pueden resultar algo densos, especialmente cuando el metraje se extiende más allá de las dos horas.
Aun así, una película correcta y un espectáculo notable en lo cinematográfico.

Lo mejor: La elegancia innata de la puesta en escena de Sorkin y las interpretaciones de Kidman y Bardem.
Lo peor: No es una cinta especialmente interesante si no se es muy fan de Lucille Ball y Desi Arnaz.
Sibila de Delfos
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2 de enero de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de Lucille Ball y su exitoso show televisivo narrada de una manera desigual, bastante torpe en muchos momentos que dada la larga duración de la película se hacen cansinos.
Como aquí ese show creo que ni se estrenó, para mi carece de interés la historia de esta señora y sus avatares.
Interpretaciones correctas sin más de la Kidman y Bardem y mala dirección.
yundriel
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21 de febrero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He tardado varios minutos en entender de qué iba “Being the Ricardos”. Y no lo he hecho yo solo -que ya no estoy para esos triunfos- sino apoyándome en la Wikipedia con el ojo derecho, mientras con el ojo izquierdo seguía las evoluciones de los personajes. Y mientras leía -con el tercer ojo, en un ejercicio de malabarismo que ese sí, muchos quisieran- los subtítulos que respetaban la dicción original de Javier Bardem, por aquello de la nominación al Oscar y de formarme una opinión.

La película de Aaron Sorkin es un producto cultural muy poco exportable. Una cosa de americanos hecha para americanos. Y ni siquiera para todos, porque solo los ancianos pueden recordar aquel lío de Lucille Ball con el comunismo, y aquel lío de su marido con las prostitutas. Es como si aquí rodáramos una película sobre Dinio y Marujita Díaz... Bueno, no, que estos no tenían un show en directo. O no, al menos, uno programado semanalmente. Mejor una película sobre Bárbara Rey y Ángel Cristo, que salían mucho por las teles en blanco y negro. Una película idiosincrática que estrenaríamos sin más explicaciones en Arkansas, o en Cincinnati, esperando que el público entendiera y atara cabos. O sea: un imposible cultural.

Porque además, al inicio de la película, hablan de una tal Desi que tú presumes un personaje femenino como aquella chica de “Verano azul”, pero que luego resulta ser Desiderio, Desiderio Arnaz, el marido de Lucille. Una Lucille Ball que también sale al principio de la película y no terminas de asumir que ella sea la protagonista del enredo, porque según la publicidad ella está interpretada por Nicole Kidman, y resulta que aquí la encarna una muñeca hinchable muy parecida a Nicole, sí, pero en verdad un ser inanimado diríase todo hecho de algodón, y de poliuretano.

Es un despiste total, ya digo, hasta que te vas haciendo con los nombres, y con los jetos, y al final vas entendiendo que “Being the Ricardos” fue el precedente catódico del reality show de Alaska y Vaquerizo en la MTV: una puesta en escena de la propia vida matrimonial solo que con las censuras de la época: sin sexo, sin drogas y sin majaderías.

https://www.cinepasaje.es/
Augusto Faroni
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