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Transformers: El último caballero

Acción. Aventuras. Ciencia ficción. Comedia Dos especies en guerra: una de carne y hueso, la otra de metal. El Último Caballero rompe con el mito original de la franquicia de Transformers y redefine lo que significa ser un héroe. Humanos y Transformers están en guerra y Optimus Prime se ha ido. La llave para salvar nuestro futuro está enterrada en los secretos del pasado, en la historia oculta de los Transformers en la Tierra. Salvar a nuestro mundo está en manos de una alianza ... [+]
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Críticas 75
Críticas ordenadas por utilidad
24 de septiembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando es interesante pasarse a ver cine de autor. Entiéndase éste como “el cine en el cual el director tiene un papel preponderante al basarse normalmente en un guion propio; realiza su obra al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus sentimientos e inquietudes en la película.”

Que alguien me diga que las películas que hace Michael Bay no se adaptan a la definición que aparece en la Wikipedia. Ni siquiera por la parte de las presiones o limitaciones, que este tío hace lo que le sale de sus narices y simplemente por poner su nombre parece que tiene manga ancha donde otros no lo tienen, véase rodar en localizaciones exclusivas, disponer de material real del Ejército o gastarse un dineral para conseguir unos efectos especiales insuperables en escenas a plena luz del día.

Otra cosa es que sus películas sean buenas, que no lo son. Al menos entretienen aunque el camino hacia el exceso las hace agotadoras. Es inentendible que se critique este cine cuando es claro que Michael Bay siempre hace lo mismo, ¡que se trata de la quinta entrega! ¡Cinco películas iguales! ¿Alguien esperaba encontrarse algo diferente a lo que Michael Bay ofrece? ¿Después de la tercera todavía no se han dado cuenta de qué va esto?

Son películas para no pensar, mejor pasarlo bien a base del montón de tonterías que vas a ver. Acción bien rodada y siempre envuelta en los clichés del cine de este director, que ya lo son, y con unos efectos especiales que demuestran ya una casi perfecta integración de personajes reales y digitales. Para mí este director es de los pocos que sí que sabe exprimir bien todo el potencial de ILM y así lo ha hecho a lo largo de toda la saga Transformers.

Criticar el guion de esta película es tarea sencilla pero altamente equivocada. Las líneas generales de lo que te van a contar te las puedes esperar pero entre medias es imposible predecir cuál va a ser la siguiente ida de olla que te van a presentar. Casi se puede sospechar que todo esto está escrito bajo la influencia del peyote. Dos películas recientes con idas de olla sobre el mito artúrico a cual más loca. Pero no hay color, la de Guy Ritchie comparada con esta resulta casi pretenciosa. Porque para inventar locuras estas películas de Michael Bay las superan a todas. Roland Emmerich le anda cerca.

Pero como todo esto es conocido, aparcas el cerebro y disfrutas del espectáculo.
fresenius
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5 de julio de 2017
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este verano nos llega a la cartelera la quinta entrega en el cine de la saga "Transformers", una saga que mantiene a su director, el (por fortuna) cada vez menos sobrevalorado Michael Bay y al protagonista de su cuarta entrega: un solvente pero pobremente carismático Mark Wahlbergh. En esta ocasión la trama gira en torno a una nueva amenaza; la de la malvada y pérfida habitante del planeta Cybertron Quintessa, una hechicera alienígena que quiere recuperar su cetro mágico para destruir la Tierra... un cetro que fue robado por algunos autobots y guardado en la Tierra desde entonces. El protagonista Cade Yeager (Wahlbergh), con la ayuda de los secundarios más tópicos que han caído dentro del cine en mucho tiempo, se dispone a recuperar el cetro para que no caiga en manos malvadas como las de la propia Quintessa y las de los perversos decepticons. A esto se le añaden numerosas pero pordioseras y miserables subtramas que lo único que aportan es que el film se alargue sin necesidad hasta las más de 2 horas.

Debo admitir que he visto peores blockbusters de entretenimiento, los he visto con tramas más caóticas, incongruentes y deshilvanadas, con interpretaciones mucho más erradas y desubicadas, y con frases en sus guiones aun más vergonzosas (me vienen a la mente como ejemplo films como "Dragonball Evolution" (2009), "Alien Vs. Predator" (2004), "Viaje al centro de la Tierra" (2008), "Lara Croft: La cuna de la vida" (2004) y bastantes más que no cabrían en una sola critica de 6.000 caractéres), mísmamente la segunda entrega de esta saga titulada "La venganza de los caídos" ofrecía un producto aun más superficial, incoherente y noño tanto en la acción como en el argumento como en las interpretaciones. "El último caballero" por fortuna no llega a ese nivel de desastre y adversidad en su propósito, pero aun así "El último caballero" es incapaz de ofrecer el decente nivel de entretenimiento de la primera entrega de la saga.

Y es que "El último caballero" sufre en varios minutos de no tener una concrección en su trama aventurera tan despierta, vivaz y audaz como la que Bay nos mostró en el inicio de la saga en 2007. Si bien es cierto que esta trama parte de una buena base y que no cae en el completo desorden durante su evolución (todo lo descrito en este lance se explica, se desarrolla y se concluye con una mínima coherencia, dejando la trama cerrada y argumentada), muchas de las subtramas que se incluyen en ella resultan demasiado accesorias (no molestan de forma insultante, pero entorpecen bastante el dinamismo que un relato de este tipo debió tener) así como dilatadas y redundantes en demasía resultan muchas de las escenas de acción de su segunda mitad.

Este es el mayor pero que le podría poner a una cinta de este tipo en esta ocasión, obviando que el desarrollo argumental es incapaz de regalarnos profundidad en sus intrigas (y, por lo tanto, en muy corto tiempo dejan de resultar interesantes) o intelecto en sus personajes.

Pero aun así, "El último caballero" no resulta una calamidad como pasatiempo inofensivo y leve. Ya que, si bien sus enredos aventureros no son en su desarrollo de una agudeza y sagacidad como los de la reciente "Wonder Woman", aportan los necesarios mimbres como para distraer con suficiencia, si bien los personajes no son multidimensionales y de hondanadas maduras, sus frases no son de vergüenza ajena y de risa no pretendida, si bien sus intérpretes no aportan un carisma y una honestidad arrolladores como para elevar la cinta, actúan con la suficiente presencia y naturalidad (en ese terreno el que más hecha un cable es Sir Anthony Hopkins, aunque ha tenido mejores actuaciones en cintas comerciales como "La máscara del Zorro" (1998) o la saga de Hannbal el canibal), si bien a nivel argumental se nos describe algo ya visto y muy previsible y superficial, en el terreno de la narración visual... Michael Bay describe la acción con astucia con su cámara (destacan unos lucidos paneos ya sea en planos generales o en planos más cortos para mostrarnos algún transformer) y con una edición diligente y talentosa, si bien a nivel de guión es de suspenso, a nivel plástico es de notable (su diseño de producción es a ratos fascinante, su fotografia muy gomosa, su banda sonora muy pertinente y sus efectos visuales tan reseñables que son lo mejor de la cinta), y si bien en la segunda parte del metraje las escenas de acción resultan demasiado reiterativas como para seguir captando nuestra atención, en la primera mitad del metraje se lucen sobremanera.

En fin, visualmente fascinante (no en todos los momentos de la cinta), argumentalmente pobre... pero con el dinamismo suficiente (quitando su repetitivo desenlace que dura casi una hora... una hora que le sobra al film tranquilamente y que hubiera mejorado sin ella) como para cumplir su poco exigente cometido. Solo aguanta un visionado y, sinceramente, no la recomendaría... a no ser que se sea muy fan del género de acción sci-fi (más recomendable a los seguidores de la acción que a los de la ciencia-ficción) y de esta saga en concreto. No vayan esperando "La jungla de cristal" (1988), "El Padrino" (1972) o "Fargo" (1996) (por poner ejemplos de films sobresalientes en todos los niveles), más bien "La Jungla 4.0" (2007), "Spy Kids" (2001), "Transformers 3 - El lado oscuro de la Luna" (2014) o "Transformers 4 - La era de la extinción" (2014)

Lo mejor: Sus efectos visuales y el diseño de los transformers. A nivel de trama... su primer tercio (el más ágil sin lugar a dudas).
Lo peor: La poca exigencia que el film dedica al desarrollo de sus personajes y a la profundidad en su argumento. Su último tercio y sus escenas de acción de poco propósito y mucho postureo. Algunas de sus subtramas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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13 de marzo de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera estuvo bien. La segunda, innecesaria pero inevitable. Y a partir de ahí, todo basura de la peor.
Que alguien con más de 12 años diga que esta película es buena, es preocupante a un nivel psicológico. Yo me haría unos tests de inteligencia, por si las moscas.

Es una película muy, pero que muy infantil, disfrazada de película para todos los públicos. Porque es todo de una idiocia de auténtica vergüenza ajena.
Entiendo que si eres un crío (pero muy crío), te molen cosas como robots alienígenas gigantes caballeros andantes de la edad media que se transforman en un dragón que escupe fuego, nombres chulos idióticos que no son nada alienígenas como Optimus Prime, Megatron, etc. Entiendo que te molen robots estereotipados de la forma más pueril, como una especie de veterano de vietnam que fuma puros y todo, otro de la primera guerra mundial, un samurai (muy alienígena todo), que sueltan constantemente sandeces propias de cualquier adolescente postmilennial que dice "¡uala!", que son robots pero que tosen y envejecen (algunos, porque otros ahí están miles de años como si nada pero otros están muy gagá y chochean, típico de los robots oye, te cagas); entiendo que si eres un niño chico veas muy normal que los protas vayan a una batalla contra robots gigantes super poderosos y se lleven a niñatos de 13 años al campo de batalla con ellos, vaya usted a saber por qué, y que ni lloran ni se cagan de miedo ni nada, no, se dedican a soltar chistecitos y tal. Porque si tienes 7 años, alguien de 13 te parece adultazo que flipas. Entiendo que a un mocoso con una edad de una sola cifra le parezca muy guay que los robots se transformen en super coches, que así se pasa muy desapercibido, por supuesto; y además, es muy práctico para desplazarse, porque hablamos de tecnología interestelar, teleportación incluída, pero nada como un camaro o un camión con llamas para ir de un continente a otro.
También supongo que hay que ser muy joven o muy imbécil para ver muy normal que una niñata veinteañera, típica modelo de instagram encantada de haberse conocido y clon de Megan Fox, se sienta atraída por cuarentones con hijas de su misma edad. Pivonaco que es doctora y de la realeza pero que se pirra por los paletos cuarentones pobres. Vamos, es que pasa todos los días. Y además es que es de sangre azul la chorbita, que se va cambiando de modelitos y siempre está perfecta, ahora con un pelo perfecto después de que le dan una buena paliza en una persecución, con su vestidaco de ultraputón (buen nombre para un transformer, por cierto), y después de semejante trauma me aparece con un traje de ejecutiva a lo Letizia con Z, con dos cojones, y luego de repente es Lara Croft, que es lo que tiene ir en submarino, ahí en plan pivonaco con moño bailarina y boca siempre abierta con esa expresión que ponen todas las tías de transformers entre "¡Tengo miedo, socorro!" y "¡me corro, me corro!".
Supongo que hay que ser de 5 años o tremendamente idiota para ver normal cosas como la escena en la que deciden quedarse en vez de tirarse en paracaídas, y se lo quitan y lo tiran. Porque se quedan para ver qué pasa, sin saber si va a funcionar o no, pero oye, que una mochilita ahí a la espalda que me puede salvar la vida si la cosa no va bien, bah, a tomar por culo. Si eres tontito o no tienes nada en la mollera, puedo entender que veas muy normal que dos planetas colisiones sin apenas efectos catastróficos de ningún tipo, salvo edificios destrozados y poco más.

Pero para un adulto, esta película sobrepasa lo tolerable en cuanto a mínimo cociente intelectual. Y no he contado ni la décima parte de imbecilidades. Spy Kids, al lado de esta, parece salida del festival de Sundance o de Lars Von Trier. Lo que pasa es que tanto helicóptero silueteado contra un sol naranja, tanto marine super duro americano caminando a cámara lenta hacia un épico destino, y tanta explosión, pueden despistar un poco. Pero no te equivoques, esta mierda es Lazy Town con robots. En esencia son los putos teletubies. Es muy tonto todo, en serio.

Y la trama... Pues muy original todo:
Un malo malísimo, mucho más malo y poderoso que el anterior, claro (que no se acaban oye, que siempre aparece otro peor), aunque esta vez robota because equality, otro artefacto que unos robots muy antiguos custodian y que puede salvar al mundo, un grupo de élite de soldados (americanos, por supuesto) que persiguen a todos ahí a cholón porque sí, los buenos huyendo de los soldados pero persiguiendo a los robots malos, pero los malos persiguen a los soldados y a los robots buenos, pero los robots buenos persiguen y huyen... Persecuciones con coches molones, explosiones, porque hasta la mierda que caga un perro explota en estas películas, otra vez las pirámides destrozadas (sí, las debieron de arreglar o algo)... En fin, como he dicho, muy original.

Me he tragado esta mierda por el maldito insomnio. No volveré a cometer semejante error.

Un 2 y no un 1 porque los efectos especiales, las cosas como son, son buenos. Nada que no se haya visto antes, pero son buenos.
Crítico enfadao
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26 de julio de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Bay es humano, que sepamos (por ahora, no se ha revelado Autobot ni Decepticon).
Seguro que, tras cuatro películas, se aburre tanto de su propia creación como nosotros llevamos todo este tiempo aburriéndonos con ella.
Y hay un límite para hacer explotar las cosas y antropomorfizar amasijos de hierros, por mucho que el fuelle haya durado hasta límites insospechados.

'Transformers: El Último Caballero' me ha parecido la mejor secuela de todas, desde la ya lejana primera parte de hace diez años, cuando el invento era todavía inocente y no había necesidad de sobrecargar la pantalla con ruidosos choques y gigantescas batallas.
No es mucho decir, claro está, teniendo en cuenta la lamentable ristra de chapuzas que alfombran esos diez años, pero no deja de ser un alivio poder afirmar que Bay se ha acercado otra vez a la versión ideal de estos robots transformistas, que deberían ser puro entretenimiento sin demasiada rebaja de neuronas. Que habrá gente que las triture y las mande a la basura solo por ser lo que son, pero sería casi mejor plantearse qué pueden ser, empezar por abajo, e ir subiendo, cosa en la que las anteriores fracasaban por no subir ni un escalón.
¿Cuál es el ingrediente secreto entonces, que ha reactivado este chicle alargado? Sea por cansancio o por no repetirse, Michael Bay ha recurrido a una sana y exagerada autoparodia, propia de sagas agotadas, y el resultado es más interesante de lo esperado.

Anthony Hopkins paladea cada frase con diversión maníaca, metiéndose de lleno en el absurdo y arrastrando a la película con él en cada zambullida, consciente de que hay escenas enteras que dependen de su labia, y las va a llenar como que ha sido Hannibal Lecter (dando una lección a John Turturro y similares, que no se les puede notar más rutinarios y desganados).
Mark Wahlberg quizá no sea el héroe que esta historia se merece, pero sí el que necesita: un padre de familia típicamente entrañable, perfecto monigote de chifladas escenas de acción, que no tiene reparo en sacudirse el aburrimiento de la anterior secuela y tomarse a coña todo el argumento junto a la enésima maciza tetuda y bronceada, con la que comparte una química lo suficientemente animada como para no aburrirte. Y que sus protagonistas se tomen todo a coña es una fantástica invitación a que tu también lo hagas (no soluciona nada, pero vaya si ayuda).
Y, por último, el argumento más loco e inesperado de todas las secuelas, que se abre con un prólogo en la Inglaterra de la Edad Media con dos cojones, y no desaprovecha un segundo en seguir inflando la burbuja de incredulidad hasta que estalla en un magnífico caos de Transformers gabachos y combatientes de la 2° Guerra Mundial, profecías emparentadas con la mesa redonda del mismísimo Rey Arturo y UN DRAGÓN DE TRES CABEZAS que supone la última frontera de combate por unos Autobots libres.

Que el absurdo es inmenso e incoherente, jamás lo negaré.
Que me ha parecido brillante de pura locura, y que Hopkins me ha salvado los peores momentos, pues tampoco.

Cuesta creer que a Michael Bay le haya costado tanto llegar hasta aquí, y hayamos tenido que esperar a que se canse de sus propias manías para que nos haya empezado a dar algo, sino bueno, al menos disfrutable.
Sin embargo, a Bay todavía le queda un grandísimo enemigo, al que se enfrenta en el obligatorio y mastodóntico climax: él mismo, en su maldita manía de tomarse seriamente auténticas estupideces, y glorificar al majestuoso ejército USA al menos una vez más.
No puede/no quiere librarse de la solemnidad de otros tiempos, quizá por no traicionar la manera en la que siempre se ha tomado las aventuras de Optimus y sus colegas, y desecha el saludable tono mamarracho que le ha venido de perlas al conjunto por una pesadísima incursión militar a los restos del planeta Cybertron, en donde te dan ganas de coger el mando y avanzar la película por aburrimiento (siii, venga, a ese te lo vas a cargar... vaaaamos, tenéis que correr para allá... diossanto, no me pongas cámara lenta que no llegamos... joder, pero si lo van a conseguir, porque me mareas todo el rato...)

En fin, que no hacía falta tanto por tan poco.
No hacía falta convertir sencillas batallitas de coches transformables con vocación de dibujos animados de sábado por la mañana en casi guerras mundiales por la supervivencia del planeta.
Tampoco hacía falta desdibujar tanto a Optimus Prime y Megatrón que apenas les queda sitio en el metraje, y más bien parecen dos pesados abueletes que tienen que seguir tirándose trastos a la cabeza porque no les queda otra (y ni hablar del intento de convertir a Optimus en villano... ¿en serio, el estandarte del positivismo y la convivencia convertido en extremista? ¿acaso funcionó bien lo de hacerle apático y cansado en la anterior?).
Lo único que hacía falta era tomarse todo esto tan a broma como se pudiera, y ha tenido que venir Anthony Hopkins a demostrar cómo, mientras Michael Bay no se da cuenta de que su épica se traga mejor cuando es absurda.

Porque incluso eso parece que es algo que le cuesta concederse, y todavía piensa que necesitamos robots serios con dilemas morales, salvando un mundo de humanos estúpidos.
Los humanos ya han dejado de ser idiotas (más o menos) y a los robots les duran los dilemas morales el tiempo que tardan en darse de hostias.
Tus creaciones ya te han superado, querido Michael. Quizá sea hora de decir adiós.
Charles
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23 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con todas sus escenas sin sentido y narración completamente estupida, Bay nos entrega mas de su horrible forma de convertir una película en una pesadilla de la cual quieres despertarte a media noche.
Gerardo Ortiz
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