Lalola (Serie de TV)

He de reconocer no haber visto demasiado de esta desastrosa serie española, de esta auténtica fábrica confeccionadora de rancios estereotipos, de esta ominosa retahíla de situaciones absurdas, inverosímiles e incomprensibles, de esta, en definitiva, serie imbuida en la vorágine del quién da menos en más tiempo.
Así las cosas, no es necesario soportar el trauma de visionar más de cinco minutos de esta aterradora colección de momentos aciagos, cumbre de la basura televisiva, para llegar al convencimiento de que la caja tonta está más henchida que nunca de productos que nada tienen que aportar, ni siquiera, a la cultura más popular.
Lo única certeza que el sufrido espectador puede llegar a tener es la de que, por fortuna, al finalizar el periodo estival, ese en el que las neuronas se reblandecen hasta adquirir la forma de una esponja ahuecada , es que este putrefacto ejemplo, toda una metáfora de la senda autodestructiva que esta tomando la sociedad actual, y erróneamente autodenominado como producto de “entretenimiento”, expirará como otros productos inanes propios de este periodo vacacional.
De todas formas es de justicia reconocer la pericia de los guionistas en reunir los ingredientes necesarios para conseguir que el potencial público de este tipo de producciones se enganche, en una relación enfermiza y perjudicial para el desarrollo de un intelecto sano, a este bodrio, como son: 1) presencia de un protagonista atractivo y musculoso, que no pierde ocasión para desembrazarse de su pesada camiseta, 2) el celoso empeño, al que éste se debe, en el cuidado de una niña adolescente (a qué edad fue padre), al objeto de provocar la empatía de éstas, 3) la inclusión, en el limitado en cuanto aptitudes, elenco de actores, de una chica guapa y tonta, en la que poder verter, todas las adolescentes, todo su veneno y, exorcizar todas sus cuitas de jóvenes acomplejadas, 4) la existencia de un machismo ramplón y evidente, fácilmente criticable, al efecto de justificar su estulticia argumental y cuyo resultado daría en la supuesta defensa de un feminismo que pudiera provocar el aplauso fácil de un sector femenino huero de ganas de profundizar en sus verdaderos y auténticos problemas,5) la eterna presencia del mariquita “guay”, con el que justificar sus endebles críticas al sector que nunca vería este tipo de series, como es el del varón psicológicamente sano, 6) el acompañamiento del sempiterno bufón de turno, encargado de pergeñar las estupideces más absurdas, objetivo perfecto en el que poder descargar las burlas más crueles, diana ideal en la que medir nuestros ¿privilegiados? intelectos.
Por último destacar que todo aquel que ya tuvo tiempo de abjurar y mofarse de series tan horrendas, y tan expoliadas de ideas inteligentes, como “Yo soy Bea”, encontrará en esta que nos ocupa un delicioso entretenimiento, ya que no le faltarán, seguro, momentos y elementos con los cuales poder reírse a gusto de la misma.

Ésta es una frase, elegida al azar, pronunciada por el personaje interpretado por Marina Gatell, un hombre metido por una especie de embrujo en un cuerpo de mujer. Con estas muestras de humor tan chispeante e ingenioso no se puede ir más allá del merecido suspenso...

"Lalola" me recuerda a las estrategias comerciales del grupillo de pop superventas del momento, que aprovechando un bombazo que han obtenido en los Cuarenta Criminales, cogen la susodicha canción resultona y la acompañan de once temas de relleno para justificar el cobrar al desorejado público los 20 euros correspondientes.

Como suele pasar en España, una serie con inicio prometedor - aunque nada original, al ser una adaptación de una adaptación de mil historias ya vistas anteriormente - se pierde en los confines de la mediocridad, gracias a unas actuaciones lamentables, unos guiones que podría escribir un niño de cuatro años y un agotamiento prematuro de la imaginación de los creativos, que recurren a meter cizaña política y futbolística para suplir el vacío neuronal que padecen.

Créanme: Mejor echad mano de la medicina infalible, "Some like it hot" o, si sois menos exigentes, de "En qué piensan las mujeres". No os escudéis en sucedáneos ridículos perpetrados por un elenco de actores cada vez más decadente, sin capacidad para transmitir nada.

Y echad un kiki guay de verdad, si podéis.

Lalola es un claro ejemplo de que ahora las series son muy malas, contando con algunas excepciones. Sin duda estoy de acuerdo con todos los usuarios que han criticado este bodrio, ya todo lo que se ha dicho es verdad: Es muy mala, no es nada creíble, sus historias son pésimas, las actuaciones desastrosas... etc.
No comprendo a los que le ponen a esta serie un ocho o un siete, no sé que es lo que ven en ella, ya que con lo pésima que es, cualquiera le encuentra algo bueno. Se ve que en estos dos últimos años las series españolas han ido a peor, como es el caso de las malas: La familia Mata, El síndrome de Ulises, Física o química o este bodrio. A ver si hay por ahí algún buen guionista y haga una buena serie al estilo: Los hombres de Paco, Aída, o la ya terminada, Los Serrano.
Finalmente aconsejo que no vean esta porquería que gracias a Dios, cada capítulo solo dura 45 minutos.

Esta serie es una de las últimas producciones de Antena 3 para intentar salvar la sobremesa de la semana.
Los personajes me parecen demasiado absurdos sobre todo la protagonista. El personaje de Lola Padilla está totalmente estereotipado, exagera muchisimo los gestos de los hombres representando a la perfección el típico tópico de macho ibérico español.
La trama también es demasiado estúpida porque se explica en el spoiler.
En definitiva una serie muy tonta pero que sorprendentemente está teniendo mucho éxito.

Otra más de esas series españolas con un resultado bastante mediocre. Al valorar esta serie lo hago en todo su conjunto, a pesar de ser buena la idea no engancha y sus gags son bastante sosos. Aún así, como dice el dicho; ¡todo el mundo tiene su público!.