Sevillanas de Brooklyn

Hermosa película, con humor y drama, con sus propias limitaciones, pero tiene muy en claro a donde apuntar y logra el cometido.
Vicente Villanueva se esmera en dejar en claro los valores de la familia y la cultura local, algo que resalta por demás en toda la película.
Buenas actuaciones de Carolina Yuste y Estefanía de los Santos pero Manolo Solo como siempre a la cabeza a la hora de sacarte una sonrisa

Patrocinio y explotación de las dificultades económicas como cliché que sirve para hacer reír, pero que se ve muy lamentable desde fuera, no únicamente por la ineptitud y terrible falsedad prevaleciente en las líneas del guión, sino porque con su patada a la credibilidad se puede considerar casi como una burla a la situación precaria de muchas personas. El que ha escrito esto o no ha pasado hambre y no sabe de lo que habla o es un hipócrita de manual.

El todo vale como tónica preponderante en medio de situaciones que no tendrán ningún desarrollo en la trama y diálogos vergonzosos. Si yo no tuviera para comer o estaría varios meses debiendo el alquiler me sentiría insultado con esta película, carente por completo de gracia, que mantiene el camino que vienen marcando en los últimos tiempos otras comedias abyectas con denominación de origen, que es la de sacar adelante las filmaciones con personajes de unas dimensiones cada vez más raquíticas, antes te podrían estar vendiendo películas igual de espantosas, pero al menos se lo curraban un poco más, los personajes estaban más delineados. Aquí si arrancas toda la morralla sentimental (parece que todos estuvieran en un constante estado febril o de exaltación) y las idioteces metidas con calzador, no es posible hacer una descripción más allá de dos líneas de cada personaje porque hasta las sitcoms presentan descripciones de mayor envergadura narrativa. (La historia de amor de la amiga de Yuste es solo un ejemplo, cuánta sutileza, emoción y criterio a la hora de trasladar esa súbita pasión primaveral al espectador, y cuánta congoja, llanto y rabia cuándo esta estuvo a punto de resquebrajarse ante un revés tan insuperable e inasumible.)

Es una película que aparte de ser una comedia sobre la familia, habla de clases sociales, algo a lo que no estamos acostumbrados a ver en el cine español. La primera secuencia de la película en la que Ana enseña a los niños a bailar sevillanas en inglés es una obra de arte. Ya con ese inicio, una persona debe estar atada al sofá hasta el final de la película.
Y que gran actriz es CAROLINA YUSTE, cada secuencia suya hacer brillar los films que pisa. Le tengo muchísima admiración.

Esta película es una comedia española con mucha "solera", similar a "8 apellidos vascos". En ella se retrata la vida y circunstancias de un estudiante de acogida norteamericano de alta clase social que va a parar de forma fraudulenta a una familia sevillana con problemas económicos.
Es un film lleno de tópicos y clichés, muy predecible.
Pero dejando al margen de esto, me ha resultado una película graciosa y con algunos gags muy buenos y resultones. Además, no se te hace pesada sino más bien al contrario, lo cual es signo de que no es aburrida.

Menuda sorpresa de película la que acabo de ver. Y ¿por qué no?, bastante infravalorada. Al menos, en mi opinión, ya que en mi sala éramos muy pocos y encima, para un solo pase. En fin, que me ha gustado mucho, mucho más de lo que me esperaba. Tenía ganas de verla gracias a la sinopsis, que me atrapó de buenas a primeras, y porque parecía otro soplo de aire fresco en la carlera española, como lo fue hace pocos meses la de Operación Camarón, y así ha sido. Una comedia que, en un principio puede lucir como la típica españolada llena de tópicos del país, te hace tuya sin que tú te lo esperes. La historia, la trama nos presenta a una familia humilde que intenta sobrevivir como puede el día a día. La hija mayor Ana, una chica muy inteligente, da clases de sevillanas para ganarse la vida y la madre trabaja en un hospital, hasta que un buen día y para evitar que les echen de su casa, la madre la lía parda haciendo creer que son perfectos como familia de acogida. Y es cuando entra en escena Ariel Brooklyn, un estudiante afroamericano y que proviene de una muy buena familia, para que se que a vivir en su casa, y todo ello a cambio de unos míseros 700 euros. Dos mundos completamente diferentes van a colisionar. En un principio hay un mal rollo, un malestar entre Ana y Ariel, pero a medida que avanzan los días y se van conociendo, las cosas van cambiando.
El reparto lo encabeza Carolina Yuste (El Cover, Chavalas) que interpreta a Ana, una buena chica que se sabe defender muy bien con el iinglés, lo que sorprenderá al personaje de Ariel, que está interpretado por Sergio Momo (ya me sonaba su cara, es secundario en las series Élite y El Vecino, ambas de Netflix). Los dos están bien secundados, entre otros, por Estefanía de los Santos (Grupo 7), Manolo Solo (30 Monedas), Canco Rodríguez (la mencionada Operación Camarón), y la veterana actriz María Alfonsa Rosso (Volver). Está calificada como una comedia, pero contiene sus buenos toques dramáticos que te llegarán al corazón. Y sí, puede tener sus tópicos españoles, andaluces, pero está rodada con buena fe y hace que uno se lo pase muy bien viéndola y la disfrute mucho durante sus casi cien minutos de duración.
Como uno de los protagonistas dice en un momento del metraje: Las sevillanas son una historia de amor con final feliz, y, para mí, es una bonita frase que engrandece a toda esta película. Si tienes oportunidad de poder verla en una sala de cine, adelante, no esperes, no lo vas a lamentar. Atención a los créditos finales, si alguien quiere irse, durante estos hay algunas escenas adicionales, y después también, con una escena muy breve. Mi nota final es de 9.5/10.