El planeta de los simios

Alucinante película que trasciende todos los tiempos.
Transcurre tocando diferentes temas, desde la negación de lo evidente (como los "monos sabios"; no veo, no escucho, no hablo), la necia defensa del status quo y otras debilidades nuestras como la naturaleza violenta y autodestructiva. Todo disfrazado de una historia ficticia que es fiel a si misma.
Es un enfoque de 1968 que perfectamente podría ser del 2017, casi 50 años después de rodado este largometraje.

Sí, el final es una de las cosas más famosas de El planeta de los simios.
Sí, es uno de los más impactantes y terribles de la historia.
Y además es uno de los grandes clásicos de la ciencia-ficción, una película revolucionaria en su momento y que todavía hoy le da sopas con hondas a muchas de las cintas de género que se hacen hoy. Una de las cintas, además, que convirtieron a Charlton Heston en el actor más famoso de su tiempo, junto con El Cid, Benh-ur y Los Diez Mandamientos.
Imprescindible.

Estamos ante un auténtico clásico del género de ciencia-ficción que tras más de 50 años de su estreno no ha envejecido. Es más, ha derivado en un fenómeno social, a raíz de dos sagas de películas, serie de TV, cómics y juegos, inmortalizando esa fantástica historia basada en la novela del escritor francés Pierre Boulle.

El filme fue todo un éxito comercial, y la crítica muy pronto fue valorando al alza su calidad técnica y artística. Posee un buen ritmo narrativo fruto del guión del aclamado Rod Serling ("La dimensión desconocida") y de la impecable dirección de Franklin J. Schaffner ("Patton", "Papillon",...), director que fue escogido por Charlton Heston quien guardaba buen recuerdo de estar bajo su dirección en episodios de TV de "Studio One" y también en la película "El señor de la guerra".

Resaltar el excelente maquillaje de John Chambers, quien obtuvo un Oscar por este trabajo, la magnífica fotografía de Leon Shamroy, y la acertada banda sonora de Jerry Goldsmith (nominada también al Oscar). Respecto al elenco de actores, subrayar que la elección de Charlton Heston como protagonista, actor de moda durante los años 60, fue una de las garantías para que la película fuera un boom de taquilla. Por otra parte, con este filme Heston iniciaba una nueva etapa en su carrera, quien hasta entonces se estaba encasillando en personajes épicos de fondo histórico.

Destacar la actuación de Roddy McDowall, quien repetiría durante años su rol simiesco, así como la de Kim Hunter (Dra. Zira) y Maurice Evans (Dr. Zaius).

"El planeta de los simios" es todo un icono no solo dentro de su género sino también de la historia del cine.

La mejor adaptación de largo de la novela de Pierre Boulle.

Franklin J. Schaffner, quien ya había colaborado con Charlton Heston en la magnífica "El Señor De La Guerra", demuestra tanto una gran capacidad para la puesta en escena como un acertado empleo de los recursos narrativos, utilizando con mucho talento zooms y la cámara en mano con el fin de acercarnos a unos desorientados personajes inmersos en la confusión.
En este sentido también son muy destacables las impresionantes tomas aéreas que sitúan a dichos personajes en un inquietante escenario.

En la creación de este emocionante relato futurista se invierte el proceso evolutivo de manera inteligente, dando como resultado un título clave dentro del género de ciencia-ficción.

Mención obligada para el espectacular maquillaje de John Chambers, para la magistral interpretación de Charlton Heston en un cínico y arisco personaje, y por supuesto para el sorprendente final, con ese plano inolvidable que supone uno de los grandes momentos de la historia del cine.

De crío, cuando ví esta notable película de Franklin J. Schaffer, el impacto que recibí fue tremendo. Esa imagen final de Heston y su compañera, a caballo, por una playa en apariencia remota... No desvelemos qué ven porque esta crítica pretende no tener spoiler alguno.

La revisito en ese imprescindible y necesario programa de Garci de los viernes en TRECE, CLASSICS, y ya no funciona igual: ni yo soy un niño ni la película ha dejado de cumplir años.

Con todo, ver a Charlton Heston encerrado con ropaje escaso, semidesnudo, cual simio humano que es, acompañado de unos actores-monos en los que la labor de maquillaje es sencillamente asombrosa, merece mucho la pena. Además de que supongo que aquel que no haya podido ver la película aún tendrá el placer de asombrarse y estremecerse con uno de los mejores finales de la historia del cine, que CASABLANCA me perdone.