La princesa Mononoke

Me sorprende el entusiasmo de la gente ante esta película. Yo no soy un incondicional de Hayao Miyazaki. Tanto El viaje de Chihiro como El Castillo Ambulante me parecen aventuras tan imaginativas y desbordantes como densas.
En esta película en cambio, hay algo menos de imaginación y bastante más densidad en la historia. La Princesa Mononoke es un canto ecologista tan bienintencionado como obvio. El enfrentamiento entre los humanos y las criaturas del bosque resulta en manos de Miyazaki tan vistoso y por momentos espectacular como confuso.
Además el hecho de hacer una película con mensaje, lastra a La princesa Mononoke en cuanto al ritmo en la narración, ya que se debe mantener dentro de unos paramétros, cosa que no sucede en sus dos siguientes películas en las que la imaginación llega a desbordar las historias, consiguiendo momentos que en cambio esta no alcanza.
En cualquier caso Hayao Miyazaki se mantiene fiel a su estilo, con un animación clásica, y considerando inteligente a su público.

Sé que se puede disparar el «NO» con esta crítica y con lo que voy a decir, pero es que no me queda más remedio que decirlo: ¿alguien me puede explicar qué pinta la princesa Mononoke en toda esta historia?

Vista la película, me quedan muy claro dos errores que entorpecen la narración y tiran de la nota hacia abajo. Una, es su larga duración; y dos, directamente relacionado con lo primero, es la cantidad de personajes que pululan por la trama sin ninguna razón. Sí, sin ninguna razón: cazadores, samuráis, mujeres del poblado (demasiado protagonismo le dan) y, por supuesto, Mononoke, quien, tal y como está planteado el argumento, no aporta absolutamente nada, excepto romances que no se entienden. De hecho, Mononoke y su familia animal están desaprovechados y parecen estorbarse más que complementarse.

Así, quitando a una o a otros, al resto de ramificaciones y centrándonos en la historia de Ashitaka (el verdadero protagonista) y la cura a su maldición, junto con la guerra entre el Hombre (representado por una mujer, no lo suficientemente retratada) y la Naturaleza (o mejor aún, Dioses), la historia podría haber sido mucho más épica, dramática e incluso poética. Estas tres piezas, bien conectadas, no hubieran necesitado ni tantos minutos ni tantas vueltas de guión.

Con todo, siendo lo que es, «La princesa Mononoke» entretiene, aunque no entusiasme, y se disfruta por el derroche de fantasía que nos ofrece el director y por la espléndida banda sonora. Además, el mensaje pacifista y ecologista, aunque con sus grietas y posibles dudas, es positivo y está planteado sin burdos maniqueos que hubieran ofendido la inteligencia del espectador.

La clasificación «para mayores de 7 años» me parece demasiado corta, porque atención si estáis pensando en ponérsela a un niño: hay descuartizamientos, algo de sangre, muertes y seres fantásticos que pueden producir auténtico terror. Mi asco hacia los demonios era tan grande que apenas podía mirar. Para el resto de la familia, una opción más que digna, aunque esté lejos de la obra maestra que muchos quieren ver en ella.

Para mí es la mejor película de Miyazaki que he visto hasta ahora, con "El viaje de Chihiro" y "El castillo ambulante" siguéndola de cerca. Me queda pendiente "Nausicaa del valle del viento", que espero ver algún día.
Bueno, empiezo con la crítica.
-Como siempre, Miyazaki nos ofrece una historia compleja, plagada de referencias a leyendas y mitos japoneses, a tradiciones y culturas ancestrales, con un trasfondo de valores universales que no pasan de moda y que están vigentes en cualquier época.
-La lucha titánica entre las fuerzas de la naturaleza y el ansia destructora del ser humano es una de las más bellas representaciones en el cine de la batalla por el desarrollo sostenible. En sus películas, Miyazaki siempre profundiza en temas de actualidad, como hace también en "El viaje de Chihiro" y "El castillo ambulante", y lo hace de la forma más alegórica, poética y deslumbrante que uno se pueda imaginar.
-Los personajes, casi todos ellos muy creíbles y cercanos, con sus complejidades, sus dudas, sus miedos, sus esperanzas... Son tan vivos que te mantienen enganchado. No hay superbuenos ni supermalos. El protagonista te hechiza y te hace creer que es posible un mundo más hermoso. Este diplomático personaje es excepcional y transmite una dulzura reconfortante. Además, me gusta que Miyazaki siempre dé a las mujeres mucho protagonismo, y que en suma trate a todos sus personajes con ecuanimidad.
-Miyazaki no condena a ningún bando ni se decanta por ninguno. Nos muestra los distintos bandos con todo lo bueno y lo malo que tiene cada uno, y nos deja a nosotros el trabajo de juzgar.
-El mensaje es duro, amargo y dulce a la vez, en parte esperanzador y en parte pesimista.
-El despliegue de imágenes, la acción, los acontecimientos, los sentimientos... Todo se desarrolla admirablemente.
-El viaje del protagonista es un viaje al encuentro de sí mismo, de superación, en el que tiene que demostrar su valor, su entereza y su integridad. Un viaje peligroso al ojo del huracán.
Una maravillosa película, hermosa de verdad. Recomendable para los amantes del mejor cine de animación para adultos.

En 1984 Hayao Miyazaki estrenó con enorme éxito en Japón 'Nausicaä del valle del viento', cuyos beneficios económicos le permitieron crear el ahora adorado Studio Ghibli (del que han salido quizás las mejores películas del cine japonés y algunas del cine mundial como 'El viaje de Chihiro' o la que comento, 'La princesa Mononoke'). ¿Por qué comento lo de 'Nausicaä...'? Pues precisamente porque es la relación directa y más concienzuda de 'Mononoke', donde Miyazaki expande toda su imaginación sin límite y pone sobre la mesa sus ideas de naturaleza, sentimientos humanos y el enfrentamiento de ambas. Si Nausicaä era la heroína que buscaba la paz entre la "zona contaminada" y las poblaciones humanas, Mononoke no difiere mucho en ese sentido. Esta aguerrida princesa fue criada por lobos y aborrece a los humanos por ser los que están dispuestos a acabar con el espírítu del bosque, la simbólica alma de la naturaleza que queda representada como un enigmático dios ancestral.
Sin embargo Mononoke tendrá que explorar sus sentimientos humanos aunque ella no se sienta como tal, pues conoce a Ashitaka, verdadero protagonista de la película pese al título de la misma, un jóven dispuesto a luchar por la paz entre naturaleza y humanidad, aunque en su lucha tienda a sentir algo por la propia Mononoke.
La enfermiza batalla de los avariciosos pobladores de la Ciudad del Hierro comandados por una caritativa jóven, Lady Eboshi, explotará cuando el bosque se revele contra ellos.
Atentos a los misteriosos y maravillosos "kodamas", unos extraños espíritus que representan el bienestar natural. La animación de esta película es absolutamente perfecta, brillante y espectacular gracias a la artesanal forma de hacer cine que defiende Miyazaki.
Una de esas películas con las que te quedas sin remedio en mente cuando la has visto y le das vueltas a todos sus motivos y significados, impregnados de una maravillosa filosofía propia de su director.

Que Hayao Miyazaki ha llevado la animación a la calidad de arte es algo que hoy día casi nadie discute, al igual que el hecho de que sea en Japón el sitio donde se toman este género más en serio (aunque no siempre de forma acertada).
En este caso concreto la película es perfecta, y además increiblemente hermosa con una carga de cine épico impresionante. Los personajes poseen una personalidad muy bien definida, destacando al bueno de Ashitaka, para mí el verdadero prototipo de héroe.
Además, toda ella está basada en la mitología japonesa antigua en la cual la naturaleza tenía un papel primordial.
Para terminar, decir que me parece muy importante el mensaje que transmite la película. Ojalá sirviera para concienciar a más de uno.