Loquilandia

Esta peli solo se distribuye en VOSE, tiene apenas 400 votaciones, y en fin, el que entra aquí ya sabe más o menos a lo que va, y va porque le gusta.

Ahora entro yo y digo que la experiencia es como utilizar un retrete con fugas. Entras con ansia y al poco te encuentras un percal del infierno. Hell is a popping, como dice el título de la película.

Pues venga, ya podéis mandar vuestros negativos sin piedad.

Coñas aparte, discrepo totalmente con esa visión idealizada de este trabajo. Efectivamente la película sorprende - cuando se analiza un poquillo, no tanto - pero sorpresa no tiene por qué ser sinónimo de genialidad. Se puede sorprender de muchas formas, y en este caso se hace por mostrar una serie de situaciones grotescas sin ningún sentido desde el principio hasta el final.

Que sea del año 1941 no es ningún mérito. Simplemente deja ver que la estupidez desbocada del hombre puede aflorar en cualquier momento. Ver hoy en TV, gags similares (no tan malos) causaría en la inmensa mayoría críticas despiadadas, pero como es una peli de 1941, vaya por Dios, se convierten en una especie de reliquias cómicas de incalculable valor e influencia.

La peli copia obscenamente la estructura básica de las pelis de los Marx, pero con un talento de taberna palillera. Una pareja seria de chiquillos casaderos cuyos personajes no pertenecen al absurdo mundo grotesco que les rodea, pero que interacciona con él. También tiene las típicas canciones perfectamente prescindibles y un grupito de cómicos, que, en este caso, tienen una vis cómica que oscila entre lo caduco y lo putrefacto. La chica que va de graciosa tiene tela marinera.

La mayoría de los juegos de palabras son muy simplones, repito, claramente fusilados del espíritu de los Marx. Las escenas donde se dirigen al público, también aparecen en alguna peli suya, se utilizan aquí con 14 vueltas de tuerca de más, para mostrar unos efectos visuales que ya ni sorprenden ni creo que hicieran gracia alguna vez. Como la tontuna de la invisibilidad.

Aquí no hay ni parodia, ni humor inteligente, ni un ápice de talento. Es la chorrada por la chorrada. Hay tumulto, sinsentido, y una sensación permanente desde que empieza la película, de que toman al espectador como un ser que, como máximo, solo puede aspirar a reírse viendo como un chucho se persigue su propia cola.

En las (buenas) películas absurdas modernas no hay canciones ñoñas. Son graciosas. Hay una apariencia del absurdo pero controlada y fundada en unas parodias muy trabajadas que no confunden el humor con la idiotez desnuda. Creo que comparar aterriza como puedas con Hellzapoppin' por algún chascarrillo suelto, es hilar demasiado fino.

Finalmente, hay que decir que metida con calzador, hay una escena de Lindy Hop que tiene su interés histórico. Creo que hay por ahí una restauración en color de esa escena que merece la pena ver.