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El dictador

Comedia El Almirante Haffaz Aladeen (Baron Cohen), un dictador antioccidental, arriesga su vida con tal de evitar el establecimiento de la democracia en Wadiya, un país norteafricano con recursos petrolíferos. Su más fiel consejero es su tío Tamir (Ben Kingsley), Jefe de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proveedor de Mujeres. Por desgracia para Aladeen y sus consejeros, Occidente ha empezado a inmiscuirse en los asuntos de Wadiya, país ... [+]
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Críticas 137
Críticas ordenadas por utilidad
15 de agosto de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizando las mismas armas que desenvainara en sus anteriores trabajos, la sociedad integrada por Larry Charles y Sacha Baron Cohen vuelve a la carga con esta nueva propuesta de ridiculizar a muchos de los sanguinarios y omnipotentes dictadores enfrentados con las democracias, reales o autoproclamadas, del mundo actual.

A esta altura, bien sabido es que la sutileza no figura, precisamente, en el diccionario de estos provocadores, quienes no escatiman, de considerarlo necesario, en apelar a recursos explícitamente repulsivos para abordar su concepto del humor, para quienes quieran aceptarlo y compartan sus códigos. Y esto, incluso, desde los artilugios que vienen empleando para promocionar sus filmes.

Hasta aquí, todo bien, y confieso haberme divertido con sus excesos más de lo habitual en el género. Pero en este caso, la lucidez que se desplegó en muchos pasajes de Borat y que se mostró más reticente en Brüno, prácticamente está ausente a raíz de ofensivas e innecesarias referencias a cuestiones muy caras a los sentimientos, a la vez que muy lamentables de este desequilibrado mundo en que nos toca vivir, todas absolutamente incompatibles con cualquier atisbo de humor.

Claro que la acidez e irreverencia propias de su fórmula sigue presente, pero lo verdaderamente reprochable en este caso es no haber reparado en los medios usados para buscar el objetivo de hacer reir a los espectadores, apelando a la crueldad de caricaturizar lo abominable sin anestesia alguna.

Pocos fueron los realizadores que lograron transitar por esa delgada cornisa de abordar el drama con mayúsculas en tono de comedia, sin precipitarse al vacío, y cuyo ejemplo más reciente fue “La vida es bella”. Pero para eso se requiere un talento y un pulso que este dúo, indudablemente, no posee.
Nostradamus
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13 de julio de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo del estreno en Barcelona y me he divertido mucho con la pelicula.
Comedia irreverente pero con pinceladas de muchos otros tipos de humor.
La recomiendo a todos los que tengan ganas de reir olvidándose de cualquier prejuicio.
En este film el protagonista no es tan escatológico como en otras películas... es más para todos los públicos, no confundir para niños.
Sin duda volveré a verla de nuevo si tengo la ocasión para volver a reirme a gusto.
Abstenerse de ir al cine "estirados".
Mejor que qualquier "Torrente". Es más mordaz y arriesgada.
joanets
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14 de julio de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el panorama del humor actual, Sacha Baron Cohen, se ha erigido como una rara avis dentro del grupo, debido a su altísimo nivel de incorrección política. A ello debe su fama el actor y guionista inglés, a lo que ha contribuido, en gran parte, el gran número de polémicas que siempre han rodeado al personaje. Y es que ya sea en sus películas o en sus shows televisivos, Sacha Baron Cohen parece no haber dejado a nadie indiferente, dividiendo a la audiencia entre sus seguidores, que se parten la caja con sus desternillantes burradas, y sus detractores, que suelen escandalizarse ante la falta de tacto y lo grosero de sus productos. Independientemente del resultado final de sus trabajos, algunos más acertados que otros, siempre me he sentido más próximo al primer grupo.

El dictador termina resultando ser un compendio de distintos tipos de humor: desde la sátira política descarnada e incisiva; pasando por el humor más tonto (el típico gag de un señor con un tablón de madera que empieza a dar golpes a la gente que le rodea sin aparentemente darse cuenta de nada de lo que sucede podría tener cabida en este film, aunque probablemente la trama se las hubiera ingeniado para que el tipo llevara el pito colgando); el humor negro (llegando a negrísimo en más de una ocasión); el chiste fácil y, por supuesto, el clásico e infalible “caca, culo, pedo, pis”. Y todo ello lo logra colocando el acento en todos aquellos temas que más sensibilidades pueden herir: la religión, la diferencia de clases, la diferencia de géneros, el terrorismo, la homosexualidad, la pedofilia e, incluso, las enfermedades. ¡Menudo tipo este Sacha! Ay que ver.

El dictador es una cinta tan divertida como escatológica, con gags de nivel, un montón de situaciones grotescas y que resulta sumamente tonta la mayor parte de su metraje. El punto de partida no resulta nada del otro mundo: lo del extranjero acaudalado que debe empezar de cero en Nueva York, nos puede recordar a El príncipe de Zamunda; y el hecho de que durante su desaparición lo sustituyan por un doble, nos suena a El gran dictador. Pero aunque la historia nos resulte típica y gastada, no es más que un pretexto para desplegar todo el arsenal habitual de mal gusto propio de Sacha Baron Cohen. Y es un amplio arsenal, créanme. A pesar de eso, su protagonista ha conseguido contener mínimamente sus ganas de provocar al personal para darle forma de trama coherente al producto, consiguiendo mayor cohesión y regularidad que en su anterior film, Brüno. Los grandes inconvenientes que, no obstante, debe afrontar la cinta son el hecho de que lo tonto gusta, pero a la larga cansa (por suerte la peli no llega a la hora y media) y que los mejores gags ya aparecían en el trailer con lo que, debido a las ganas de vender el film, se pierde gran parte del factor sorpresa.
Jefe Dreyfus
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14 de julio de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que no hayan visto ninguna de las otras películas de Sacha Baron Cohen, que sepan que con lo que se van a encontrar es con una comedia muy especial, aquella que hace gracia especialmente a los hombres, puesto que recuerda a las tonterías de los quince años en su mayor parte, sumado esto a una profunda critica política y social oculta bajo una apariencia de liviandad.

Por la otra cara, aquellos que disfrutaron con Borat o Bruno han de saber que en esta ocasión se pierde la magia que proporcionaba a ambas películas los momentos de cámara oculta o falso documental, convirtiéndose de esta manera en una ficción entretenida y graciosa, pero muy lejos de sus antecesoras.
Sith
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29 de julio de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y esas cosas son ofensivas no nos vamos a engañar. Pero el amigo Sacha tiene ese talento para ofender y provocar una sonrisa a la vez.
Ofender a mujeres y nacionalidades varias son el plato principal.
Quizá tiene breves momentos flojos o que han metido con calzador pero compensado minutos más tarde.
Sin ser SPOILER el discurso final ante la ONU es una patada en la boca a el tema que se refiere.
Un buen entretenimiento que te hará reír con ese humor que a algunos le puede resultar incomodo pero no por eso tiene menos gracia.
FOR8NER
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