Gente de Sunset Boulevard

Como tantas otras veces a lo largo de la historia del 7º Arte, a esta película le tocó bailar con la más fea: "El juego de Hollywood" del ¿independentísimo? Altman. Y claro, chocar contra el intocable, cultista y artístico Altman es como que choque una canoa de dos plazas contra el iceberg que hundió el Titanic. Por lo tanto, este film de Primus quedó infravalorado y desanalizado (si es que existe esta palabra) desde su nacimiento, cuando resulta mejor película, más definida, irónica e incisiva en la crítica al actual sistema de producción hollywoodiense, mejor elaborada y derrochadora de más talento verdadero y nada pretencioso que el retórico y supervalorado film de Altman. Tampoco diré yo que "Gente de Sunset Boulevard" es una obra maestra ni una película redonda, pero sí digo que Primus confecciona un guión notable, sabe lo que cuenta y cómo lo quiere contar, y dirige con más que consideración a un gran reparto encabezado por el joven Wuhl y el enorme veterano Landau (uno de los mejores actores de los últimos años) y completado aparte de los consignados por Elli Wallach, por ejemplo, y con algun cameo genial como el de Ernest Borgnine que huye despavorido en su coche mientras un guionista intenta ofrecerle la realización de una película (¿no es esto suficientemente a la vez certero y divertido?). Primus no se pierde en una subtrama policiaca paralela, muestra Sunset Boulevard tal y como es actualmente y muestra con convicción que desde que se tiene una idea cinematográfica hasta lo que vemos montado media un abismo inimaginable. Producida e interpretada, por supuesto, por Robert De Niro.

Lejos del gran reparto de la película, ésta representa lo que se mueve dentro de este gran mundo que es el cine. Las motivaciones de los productores para llevar a cabo los proyectos. Lejos queda la historia a contar, cuando se habla de dinero, de enchufes, de modificar la idea que aquel pobre infeliz llevaba en la cabeza en un principio. Nada es inamovible cuando se imponen los intereses de unos, antes que el llevar a buen puerto una gran idea.
Por encima de las breves apariciones, de Robert De Niro por ejemplo, destacaría el buen hacer de Martin Landau. A destacar la reunión final en la casa.
Recomendable para los que quieren ver el mundo del cine antes de que la cámara empiece siquiera a rodar.

Aunque sea una película interesante sobre lo que hay detrás de la producción (o no) de un filme, el guión de "Gente de Sunset Boulevard" carece de la sutileza y pulcritud de "El juego de Hollywood" (Robert Altman, 1992), con la que es inevitable compararla por ser de ese mismo año y de temática muy parecida.

Tampoco destaca demasiado esta peli tras cuya producción estuvo Robert de Niro por su puesta en escena. Y es que a la dirección, a cargo de un actor secundario de toda la vida, Barry Primus, a quien también se debe la idea original, parece faltarle cierto brío. Aunque también es cierto que en lo tocante al fondo de lo que de modo primordial se nos quiere contar tiene algunas secuencias destacables, como casi todas las de las reuniones en torno a una mesa, en la que todo lo referido los impedimentos a la creación libre por parte de la industria del cine está muy bien tratado.

Lo que sucede es que todo lo que se refiere a las subtramas que la narración contiene -enredos amorosos, relaciones entre los productores y sus amantes e incluso los muy personales motivos por los que el protagonista (Robert Wuhl) desea poner en imágenes una historia que para él sigue siendo una asignatura pendiente- es bastante menos brillante. Y por eso aunque la película interese en todo momento, a ratos se atora un poco; la mezcla de drama y comedia no siempre es fluida, como si la sopa resultante tuviese demasiados tropezones, e incluso pareciera que le sobra un poco de metraje.

Con todo, se trata de un filme destacable dentro del género "cine dentro del cine", con interpretaciones bastante buenas por, entre otros, Wuhl, y, sobre todo, Landau, que se merece un visionado.

Señalemos también, como curiosidad, que en los diálogos hay varias alusiones a personas reales, como Steven Spielberg y actores como Jack Nicholson, Ed Asner o Klaus Maria Brandeauer. Y hasta Ernest Borgnine tiene un cameo haciendo de sí mismo tras hacer la compra en el hipermercado.

Pero lo más divertido es lo que responde una de las chicas (Sheryl Lee Ralph) a su amante (Robert de Niro) -que además es el más ominosamente rico de los productores- cuando la agarra del brazo y la conmina celoso a que no le hable mal por teléfono: "No juegues a Donald Trump conmigo".

Y es que aun quedaban casi 30 años para que el citado empezase a ser mayoritariamente conocido en todo el mundo, por ciertas facetas de su personalidad ya había empezado a dar que hablar.

Las películas que diseccionan el mundo de Hollywood, son siempre bien recibidas porque nos aportan ese lado que queda muy difuminado cómo es la forma que nace una película, y en su génesis está obviamente el guión,, aquí somos testigos de una nada sutil critica al mundo de esos productores que creen que son grandes guionistas, directores e incluso actores y como la gente del cine tiene que enfrentarse y saber sobrevivir a ellos.
Inteligente comedia.

Interesante ejercicio que pretende con bastante éxito mostrarnos la cara oscura de hollywood en el proceso de creación de una película.

Brillante aparición de De Niro, brillantísima actuación de Martin Landau y momentos realmente impagables en esta inteligente comedia. De hecho si sucediera en Nueva York uno podría verla hasta como una especie de producto secundario de Woody Allen.