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Pasaporte a la locura

Drama. Thriller Jennie es una joven y sorda fugitiva que acaba de llegar a San Francisco para encontrar a su hermano perdido hace tiempo, un barbudo y misterioso escultor conocido en la ciudad como The Seeker. En San Francisco, traba amistad con la banda psicodélica Mumblin´Jim, cuyos miembros incluyen a Stony (un Jack Nicholson de pelo largo y cola de caballo), Ben (Adam Roarke) y Elwood (Max Julien), amantes de la paz, el amor libre y las drogas. ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
7 de septiembre de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nombre del director neoyorkino Richard Rush prácticamente pasa por desapercibido pero su filmografía no deja de ser tan extraña, escasa como interesante: en los años sesenta destacó por rodar películas de serie B y contaba con otros desconocidos como Jack Nicholson y Bruce Dern, supervivientes de una generación de actores que empezaron desde lo más bajo de la factoria Corman con películas como “Hell´s Angels on Wheels (1967)” y éste desapercibido viaje por las drogas y la cultura hippie como es “Pasaporte a la Locura” . Ya entrada la década de los setenta intentó colar al público la película de polis y colegas “Freebie and the Bean” (1974 con James Caan y Alan Arkin pero no fue hasta 1980 con la comedia “De Profesión: el Especialista” (1980), que obtendría su primera, y única, nominación al Oscar.

Pero este director maldito no dejó títere en cabeza cuando intentó escandalizar en los noventa un thriller erótico a lo instinto básico titulado “El Color de la Noche” (1994), catorce años después de su último trabajo y que contó con la presencia de Bruce Willis y Jane Marsh. La película pasó sin pena ni gloria y el nombre de Rush no ha vuelto a aparecer.

“Pasaporte a la Locura” es una auténtica rareza para quien guste y comprenda del lineal cine barato que se rodaba hace cuarenta años en América sin contar con las “majors”. “Pshyc-Out” (título original del inglés) narra la llegada de la insegura, sorda e inestable Jenny (Susan Strasberg) en el San Francisco de los hijos de las Flores y de la Primavera del Amor buscando a su hermano Steve (Bruce Dern). En una concurrida cafetería conoce a Stoney (Jack Nicholson) Ben (Adam Roarke) y Elwood (Max Julien), componentes de una banda de rock que con su furgoneta coloreada recorren los distintos locales de la ciudad a pesar de la ausencia de Dave (Dean Stockwell) otro miembro que prefiere a estar en otro nivel relajadamente más elevado, acorde a su “karma” que lo aleja del mundanal ruido. Y en mitad del barullo una droga que provoca furor, estragos y alucinaciones entre algunos miembros de esa gran comuna hippie que invade las calles.
Natxo Borràs
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24 de septiembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una obra interesante en tanto que describe el San Francisco de la explosión del movimiento "hippie", de la música psicodélica, de la contracultura, etc. Lo cierto es que el caso del personaje de Susan Strasberg se basa en la realidad, pues en esos finales de los años 60 algunos jóvenes se escapaban de sus casas, desde todos los Estados Unidos, para viajar a una ciudad de San Francisco convertida en una nueva meca de un mundo nuevo que prometía amor, sexo, drogas, y mucha libertad, aunque luego la realidad no fuera la de un paraíso, como por otro lado muestra también la película, que de algún modo se las apaña para sintetizar la mezcla de paraíso e infierno de esa meca de la contracultura. También hay algo de sensacionalismo, y el título del film en España tiene mucho de eso.

La banda de música del personaje de Jack Nicholson se hace eco cinematográfico de la fama del entonces en auge rock ácido californiano (Big Brother and the Holding Company, Moby Grape, Quicksilver Messenger Service, Grateful Dead, Jefferson Airplane, etc.).

Me gusta mucho la secuencia inicial en la que Strasberg llega a la ciudad, tiene mucho ambiente.
Pedro Triguero_Lizana
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27 de agosto de 2021
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Cualquiera que quisiera estar en la cresta de la ola del nuevo movimiento cultural tenía que pisar San Francisco para conocer esa nueva manera de entender las cosas. Nicholson y sus dos colegas son hippies por dentro y por fuera, aunque podemos dudar al principio de sus intenciones queda claro al poco que son buena gente, que no se meten con nadie y lo único que quieren es permanecer dentro de los márgenes de la ideología general: paz, amor, buen rollo y si pueden permitírselo tocar en su grupo, gastar poco dinero, drogarse, flipar en colores y no usar la violencia si no es necesario.

La historia es un poco lo de menos, lo interesante es ver a Nicholson con esa coleta larga, porque este hombre tuvo que empezar como muchos otros desde abajo, tuvo que enfangarse, aceptar papeles en películas menores y esperar a que llegara su momento. Queda claro que en sus inicios muchos tuvieron que empezar desde cero, igual que el mismo Dern. Así que una ida para aquí, a bares en los que tomar alucinógenos, ensayar con el grupo, y otra vuelta por allá para buscar al hermano de la recién llegada, ayudarla porque está desamparada, chocar si toca contra el sistema establecido y todo eso con la estética maravillosa de las flores, la paz y el buen rollo.

Puede que quienes sentimos nostalgia por una época que ni siquiera vivimos acabemos sobrevalorando una película que es bastante justita, puede que llegue aquí el miembro del club de fans de Nicholson. En todo caso, no es ninguna pérdida de tiempo. Vale la pena.
Luisito
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