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La orgía

Comedia Un grupo de chicos y chicas se va una semana de vacaciones a una casa en la que hacen una fiesta que, poco a poco, se convierte en una orgía. Pero no todo es sexo; hay tambien divagaciones sobre cine, chocolate y churros, y mucho buen humor. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
14 de agosto de 2011
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine durante la Transición, experimentó un giro radical tanto en contenido y temas que puso los pelos de punta incluso a las más rancias y decadentes autoridades censoras que podían llevar a lo sumarísimo juicio militar a obras de teatro tan provocadoras en su momento (ej: tenemos “La Torna” de los Joglars en el teatro y en el celuloide “El Crimen de Cuenca” de Pilar Miró si exceptuamos las oleada de películas “S” que pasaban por alto) mientras en masiva afluencia los cinéfilos, espectadores y ciudadanos de a pie mayores de 18 años iban a votar las primeras elecciones en cuarenta años de vacío oscuro y gris.

Francesc Bellmunt, nacido en Sabadell, aprovechó en sus primeras películas mofarse de ese presunto mensaje de libertad redactada en la Constitución pero que intentaba ser repudiada por los últimos dictámenes franquistas en comedias tan ácidamente realistas como “La Quinta del Porro” (una crónica sobre las primeras “milis” de la Democracia) o “Un parell d´Ous” (rodada en 1985 y que estereotipaba a lo grande la Barcelona repija con un tardío aire de “movida” que en la Ciudad Condal jamás se había presentado como tal).

Con Juanjo Puigcorbé (como principal protagonista) escribió “L´Orgia”, un desenfadado análisis sobre un grupo de jóvenes burgueses descontentos, amantes del teatro y de la farra, que sin necesidad urgente de emanciparse de sus padres, prefieren tener el plato caliente a la mesa aunque tengan que recibir las broncas de sus progenitores echándoles en cara su falta de ambición y pocas ganas de trabajar. Pero Juan (Juanjo Puigcorbé) lo tiene muy claro; con sus amigos del grupo teatral se encerrarán un fin de semana en un piso para organizar una fiesta liberal; una bacanal que más que descubrir sus deseos más ocultos (erotómanos abstenéos, hay más rollo que carne) les hará plantear su situación en una sociedad, la mayoría trabajadora, que vota a UCD y que por fin ya sabe lo que es la televisión en color.

Una propuesta arriesgada la de Bellmunt, oxidada en el tiempo y a años luz de intenciones más o menos provocativas de la altura del Von Trier de “Idioterne” que por lo menos sabían meter el dedo en la llaga y no, como el caso de “L´Orgia”, que pretendía metaforizar sobre una pretenciosa generación post-hippie “a la catalana” (entre las chicas apreciamos a Asumpta Serna, Carme Elías y a Sílvia Munt) con más ganas de pasar bien un fin de semana, reírse de lo que hacen y contentarnos con el derecho a la Libertad de Expresión, algo que desgraciadamente los progres del ayer, conservadores hoy, se lo toman como una moneda de cambio para defender sus intereses.
Natxo Borràs
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18 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exitosa y muy polémica película española en su día, éxito comercial más por la oportunidad de ver cuerpos desnudos de gente joven que de otra cosa más aperturista, y escandalizadora por la todavía mente estrecha y reprimida de gran parte de la sociedad española.
Tras la muerte de Franco las libertades de todo tipo comenzaron a florecer, y también en el cine de destape o político-social donde se podían decir cosas hasta entonces vedadas.
En esta ocasión todo se queda a medio camino, quizás más por servir de lanzadera hacia otras cintas que un poco más tarde sí que hablaron de cosas más serias.
Aquí se habla del chocolate (de comer), del sexo (hay en la peli pero muy light), del trabajo, de la mili, del matrimonio, de la música, del reparo que da entrar en una época donde deberán tomar decisiones serias sobre su futura vida... pero sin ahondar en ello ni, por supuesto, hacer sangre. Vamos, que el drama no aparece.
Desenfadada y a ratos divertida (sobre todo el comienzo con el protagonista y su muy serio padre que intenta en vano meterle en vereda, y la visita a la tienda de ventas de monturas de gafas, con el gran Ricard Borrás), no llega a gran cosa pero aún viéndola hoy en día (marzo de 2019) todavía su conserva su gracejo y espontaneidad amén de cierta frescura narrativa, que no la hace por ello una buena película, pero sí que se puede ver tranquilamente y se puede comprobar que no hay realmente nada en ella que debiera escandalizar a la sociedad de entonces. Pero, claro, eran otros tiempos.
En otro apartado de cosas, resulta curioso ver tan jovencito/as a los más tarde reputado/as: Juanjo Puigcorbé (co-autor del guión junto a Bellmunt), Silvia Munt, Assumta Serna, Carme Elías y/o la siempre excelente Vicky Peña.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Constancio
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20 de octubre de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es extraño que esta película marcada a fuego por la Transición política y sobre todo la social de finales de los 70 sea hoy casi desconocida pese a tener un título y un argumento tan explícitamente atrayentes para un gran público : siempre está al filo de dar vergüenza ajena.

Escribe y protagoniza a su manera (es una película coral) un hiippiota Juanjo Puigcorbé, cuando todavía no era un orondo y aburguesado independentista del sistema. La película no tiene más interés que el histórico-sociológico y ver las primeras apariciones de Asumpta Serna, Silvia Munt, Carmen Elías y Vicky Peña..

En la línea de lo que Colomo y otros hacían en Madrid con más popularidad pero poco mejores resultados, como "Tigres de papel".
José Antonio (El Abuelo)
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28 de abril de 2012
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de ni-nis recien salidos del represor franquismo, deciden en su liberalización sexual particular organizar una orgía durante un fin de semana. A pesar de las reticencias iniciales, al final todos se animaran y convertirán dicho fin de semana en un fin de semana de lujuria y pasión. Entre intercambio de fluidos e intercambio de fluidos, debatirán sobre el futuro de sus vidas y sobre el de España.

Está claro que el fin de la dictadura de Franco supuso para los españoles una liberación. Se acabaron las reuniones clandestinas, comprar pornografía de contrabando y realizar todo tipo de artes amatorias en las últimas butacas de los cines. Por eso, se hace necesaria una obra en la que se maximilice ese sentimiento de liberación moral, y nada mejor que relatar una orgía para representarlo.

Llegados a este punto, el largometraje tiene dos intereses fundamentales: revivir una época clave para nuestra historia y deleitarse con los cuerpos de nuestros jóvenes protagonistas. Fiel a su título, prácticamente todos los actores que salen en la cinta salen en algún momento enseñando sus partes más privadas. Dejando aparte nuestro deleite visual, estamos frenta a una película muy siplona en todos sus aspectos.

Otro de los puntos llamativos de este film es ver a un jovenzuelo Juanjo Puigcorbé mostrando todos sus encantos e interpretando a un inconsciente revelde sin causa. En ese aspecto, también es reveladora la actitud de su familia que consideran sus actos de inconformismo, con actos erróneos.
chechu
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15 de octubre de 2018
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
TÍPICA película "calentorra" de la transición, periodo en los que muchos actuaron como hábiles vendedores de humo, arropados por el recurrente "si el guión lo requiere", para mostrar algo más que leotardos, este es un buen ejemplo.
Aparte de la cutre puesta en escena , su torpe dirección y su empleo técnico propio de estudiantes de fin de carrera de Bellas Artes (he visto cosas mejores de aficionados y estudiantes de idem), no funciona nada; resulta grotesco como intenta encalzar los diálogos a imágenes tan estáticas como absurdas, un guión tan deficiente que ni siquiera consigue estimular la imaginación del espectador, y mucho menos, en sus "light" escenas se sexo, que más bien poco que no sea ver algunos culos y tetas (bueno, y pollas y coños), pero poco más...quizá la idea hubiese funcionado mejor como película erótica que como sucedaneo de esta o sucedaneo de arte y ensayo...es que no está definida, no sabemos que quiere contar y a dónde quiere llegar...yo me quedo con algunos cuerpos, y poco más.
Una pérdida de tiempo, un trabajo nefasto que solo sirve para ver a alguna cara conocida, hoy en día, en bolas.
JAVIER TOLEDO
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