Haz click aquí para copiar la URL

Vampiros a la sombra

Comedia. Terror. Western Una comunidad de vampiros se establece en el oeste norteamericano, donde están lejos del apetito por la sangre humana. Pero la llegada de una familia de humanos se convierte en una gran tentación para ellos. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
7 de julio de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca en una ciudad llamada Purgatorio (en algún lugar de Utah), donde todos sus habitantes son vampiros que tratan de sobrevivir sin llamar mucho la atención, para lo cual durante el día usan una fuerte crema de protección solar, sombrilla y grandes sombreros (impagable una de las escenas iníciales en un surtidor de gasolina con tres vampiros maduros sentados a la sombra con un look a lo ZZ Top y la decapitación por parte de uno de ellos, Mort, -M. Emmet Walsh- a un palurdo grosero y maleducado que había parado a echar gasolina) y se alimentan de una lechosa sangre artificial, siendo su líder el conde Mardulak (David Carradine) y existiendo una facción liderada por Ethan Jefferson (John Ireland), partidaria de la vida a la vieja usanza (dejarse de inventos y alimentarse de humanos) que está reclutando humanos de mala vida para convertirlos en vampiros y así reunir una numerosa tropa con la que atacar Purgatorio y acabar con los métodos de Mardulak.
Súmese la llegada al pueblo de David y Sarah Harrison (Jim Metzler y Morgan Brittany) con sus dos hijas de corta edad, debido a que siendo David el inventor de la sangre artificial y ante los problemas por parte de los vampiros con el flujo de producción ha sido llamado para intentar solucionar el problema, una pareja de jóvenes que estaban acampando y fueron testigos de la decapitación reseñada anteriormente y al bisnieto de Abraham Val Helsing intentando acabar de una vez por todas con el viejo enemigo de su bisabuelo, el conde Dracula (que no es otro sino Mardulak) Robert Van Helsing (nada más y nada menos que Bruce Campbell) y tenemos una entretenida comedia vampírica con acusados tintes de western: duelos a pistola, caballos, profusión de tiroteos, música de Dimitri Tiomkin y una dedicatoria al final de los títulos de crédito que dice así, “Dedicada a mi abuelo, director y fan del western, Douglas Hickox” (Amanecer Zulu 1979, Brannigan 1975, entre otras).
En cuanto a los actores, pues que quieren que les diga, David Carradine esta correcto en el papel de Mardulak/Dracula , Bruce Campbell esta infinitamente desaprovechado, ya que su papel se limita a un par de muecas marca de la casa y poco mas (una pena y craso error por parte de los guionistas) y el resto, pues eso, pasables.
En resumen, entretenida y con algún que otro dialogo y gag divertido, sin ser nada del otro jueves se la puede uno enchufar y hacer las inevitables comparaciones con “True Blood” en cuanto a leiv motiv de la trama.
tiznao
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de junio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras dos westerns crepusculares, va siendo hora de abandonar el Lejano Oeste, siquiera poco a poco (porque siempre cuesta dejar atrás ese mundo desértico entregado al cine) y con otra película dedicada a una forma de vida que termina, en este caso voluntariamente. Los protagonistas de Vampiros a la sombra (Anthony Hickox, 1990) son un grupo de renegados que han decidido abandonar su vida de depredadores nocturnos para intentar pasar su inmortalidad desapercibidos, en un pueblo del oeste norteamericano y consumiendo sangre sintética. Esta no es solo la carta de presentación de la popular serie de televisión True Blood (HBO, 2008) sino también de Sundown: Vampires in Retreat, según el más afortunado título original de la cinta de Vestron Pictures.

Un problema en la fábrica que produce el sustento artificial de los pacíficos chupasangres dirigidos por el Conde Mardulak (David Carradine) obliga a los habitantes de Purgatorio a solicitar los servicios del ingeniero que la había construido, que viaja hasta el pueblo junto a su familia. La visita es la oportunidad que Shane (Maxwell Caulfield), enamorado de la mujer del ingeniero, llevaba años esperando. Los acontecimientos se precipitan y, súbitamente, estalla una guerra civil en la calle principal del pueblo porque, entre el alboroto, Ethan Jefferson (John Ireland), archienemigo de Mardulak, encuentra por fin un resquicio por el que entrar a los dominios de su rival para sembrar el caos. Para aliñar esta esperpéntica situación, un par de excursionistas se integran en un bando, un par de punkis (punkis vampíricos, en realidad) en el otro, y un descendiente de Van Helsing interpretado por el gran Bruce Campbell llega a la zona con sed de venganza. Para entonces, la película se ha convertido ya en un trepidante western con alianzas cruzadas y duelos bajo la luna, en el que unos vampiros que pueden transformarse en murciélago y poseen una fuerza desmesurada se persiguen a caballo y disparan balas recubiertas de madera. Y es que la cinta de Hickox apunta al corazón de los más espectadores más gamberros.

Lo cierto es que Vampiros a la sombra no llegó siquiera a estrenarse en cines. Su presencia en la gran pantalla se limitó a un par de festivales (entre ellos el de Cannes, en 1989) y la mayoría de los ingresos de Verston Pictures, que echó el cierre tras este fiasco, llegaron a través de la venta de VHS. Sin embargo, el paso de los años ha sido amable con una película que, apoyada en el ascendiente de las figuras de Carradine y Campbell, se ha convertido en una obra de culto para los amantes de lo fantástico en general y los vampiros en particular. El tiempo ha tratado bien el retiro al desierto de los vástagos de Drácula porque su película cumple lo que promete y, de paso, deja la puerta de nuestro cinefórum entreabierta, por si alguna otra criatura de la noche quiere visitarlo…
La Soga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow