El hampa de París

Muchas cosas notables que resaltar de esta película: la ambientación, las escenas de acción bien resueltas, la tensión no decae en general, la música de Jean Marion (realmente interesante) y la hermosa y triste canción "Sous le ciel de Paris" interpretada por Jill Haworth que casa perfectamente con el espíritu que planea sobre el film.
Quizás los últimos minutos de metraje hacen que el final sea algo deslucido, y las actuaciones de algunos de los actores no hacen del todo creíble las visicitudes de alguno de los personajes, pero desde luego es un largometraje que entretiene y nos invita a reflexionar sobre la riqueza y la pobreza, a través de los intrincados caminos de la vida y del destino, como en la novela por entregas de Eugène Sue en la que se basa la cinta (obra romántica e influenciada ya por las ideas socialistas que el director de la película, André Hunebelle, sabe transmitir).
Estos valores los vemos encarnados en el Marqués Rodolphe de Sombreuil (Jean Marais) quien, a raíz de un incidente con su carruaje, irá tomando conciencia del sufrimiento de los más desfavorecidos, mezcándose entre ellos y viviendo así su lado altruista que le liberará de una vida que parecía no satisfacerle realmente.
A destacar la escena donde el protagonista lucha por no morir ahogado y acabar flotando en el Sena, la música recuerda algo al Bernard Herrmann acuático de "El Cabo del Terror" (del mismo año, por cierto, 1962).

Película de época muy bien ambientada que cuenta una historia de un noble que se interesa por los problemas de la gente pobre en París. La historia es interesante, animada, y traslada al espectador muy bien a aquella época. No son grandes interpretaciones, pero cada personaje cumple bien con su papel. Lo verdaderamente interesante de la película, es lo bien que te traslada en el tiempo y lo bien representados que están los barrios pobres de París. Hay muchas escenas de acción de por aquel entonces, de esas en que los actores esperan a que su contrincante de un puñetazo al aire para acto seguido salir despedidos violentamente a romper una mesa previamente rota.

Interesante, bastante entretenida adaptación al cine de la famosa novela de Eugène Sue, de André Hunebelle que, junto a su actor fetiche Jean Marais, tuvo una prolongación comercial exitosa con la franquicia "Fantomas", que tanto nos hizo disfrutar de jóvenes.
Aquí narra una intensa historia de odio y traiciones, honor y amor, con una impecable dirección artística, gracias a unos muy brillantes decorados, amén de buenos diálogos y unas meritorias escenas de acción, intriga y suspense, entre las que destaca el intento a ahogamiento al protagonista por parte de un grupo de hampones.
Exquisita fotografía (a todo color) de Marcel Grignon y Jean Tournier, y perfecta ambientación, con estupendos vestuarios y maquillaje/peluquería.
Gusta bastante.
A destacar, por mi parte, algo completamente subjetivo, la gratísima presencia del actor Noel Roquevert, intérprete fetiche de la primera época del maestro Jacques Becker.

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Al parecer es un clásico del cine europeo. Drama romántico y existencial sobre la condición humana y las miserias de la clase humilde en el París del Siglo XIX. Adaptación de la novela "Los misterios de París", escrita por Eugène Sue. Editada por entregas a mediados de siglo ha tenido varias versiones cinematográficas.
El director era un artista vidriero antes de dedicarse al cine, circunstancia cuento menos curiosa.
A medida que nos adentramos en la trama se va haciendo más y más interesante desde el punto de vista social. Se presenta como un cuento de "Sisi" y termina con una crítica social demoledora, el auténtico espíritu republicano de solidaridad y fraternidad.
El nacimiento de la conciencia social en un hombre de la posición que representa el protagonista no suele darse con facilidad. Antes al contrario, el egoísmo es la condición más común en ese tipo de hombre. Pero, en fin, como recurso dramático funciona perfectamente.
Se ve muy entretenidamente, penetrando en la conciencia de las necesidades e inmundicias del ser humano. Además lo hace sin potenciar en demasía el aspecto más crudo, lo que la haría desagradable y poco edificante.
La mezcla de trama de acción y contenido social está muy bien enramada. No dura demasiado y se desenvuelve con soltura y energía.